⟢ CHAPTER THIRTY FIVE ⟣

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Después de una mañana bastante confusa respecto a la desaparición y huida repentina de Jasper y Alice, ahora nos encontramos camino a la Casa Denali en los límites de Alaska, tal y como Esme nos ordenó

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Después de una mañana bastante confusa respecto a la desaparición y huida repentina de Jasper y Alice, ahora nos encontramos camino a la Casa Denali en los límites de Alaska, tal y como Esme nos ordenó. Me mantengo en silencio pensando en el motivo por el cual la pareja nos dejó sin despedirse y sólo dejando una nota escrita a puño y letra por la vidente, quien se la entregó a Sam por la noche antes de irse. Según el lobo, ambos le pidieron cruzar el límite y entregar la nota.

"Reúnan cuantos testigos puedan antes de que endurezca la nieve. Es cuando vendrán."

Una muy vaga pero con una intención bastante clara, aunque aún queda la incógnita del porque se fueron y la que no podrá ser resuelta hasta que vuelvan, porque estoy segura de que lo harán, tal vez no a tiempo para cuando lleguen los Vulturi, pero sé que regresarán. Ninguno de los dos son de esos que abandonan a su familia en la primera oportunidad o cuando hay problemas, son de los que se quedan a pelear, a ayudar, hasta que todo esté bien.

—Tía Lena—la dulce voz de Ness me saca de mis pensamientos. Me giro a mirarla con media sonrisa, una que oculta mi preocupación.

—¿Que sucede cariño?.

—¿Juegas conmigo? Traje un Uno—me pide con una sonrisa a lo que asiento.

—Pero no tendré piedad de ti, bestia—le advierto girándome hacia ella. Jacob ríe junto con ella.

—Créele cuando te lo dice. Tu tía es la mujer más competitiva que he conocido jamás y no le gusta perder—le advierte Jacob mirándome con burla.

Le enseño la lengua en respuesta a lo que Ness vuelve a reír mientras reparte las tarjetas para ambas—Pues tu tío es el peor jugador del mundo. Es muy tonto, así que puedes sacarle algunos dólares jugando póker—le digo a mi sobrina acompañado de un guiño, ella vuelve a reír al oír a un ofendido Jacob.

Enseguida comenzamos a jugar para pasar el tiempo, nuestras risas y las de Jake rompen el silencio que se instaló desde que salimos de Forks. En mayor parte por lo sucedido con Alice, por lo que se nos viene y porque a Seth no lo dejaron venir, no sólo porque para los Denali sería más difícil procesar y aceptar las cosas que una de sus integrantes ha provocado con dos lobos en su propiedad, sino porque tampoco habría espacio para él en el auto de Edward.

Después de al menos dos horas con risas, reclamos, burlas y mucha música gracias a mi celular, por fin llegamos a la casa Denali. Localizada prácticamente a mitad de la nada, rodeada de montañas y nieve blanca, sin duda es un hermoso paisaje y un lugar ideal si te gusta la extrema soledad. Antes de que el castaño detenga el auto, la pequeña familia ya se encuentra fuera de su hogar mirándonos totalmente extrañados por nuestra repentina presencia ahí.

《 The Wolf's Love 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora