|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Al llegar a casa con la respiración agitada y sudadas como maratonistas, Bella sigue de largo para decirle a papá lo que ha sucedido. Yo me quedo recargada contra la puerta para colocar los seguros y asomarme enseguida por los cristales para asegurarme de que no nos hayan seguido o algo así. Desde aquí escucho los gritos alterados de mi hermana mientras le explica todo a papá, suspiro y voy para allá.
—¿Lobos?—pregunta papá con escepticismo.
—Lobos enormes—responde mi hermana aún alterada, yo asiento secundándola.
—De acuerdo. Harry, ¿quieres ir de cacería?—mira al señor Clearwater quien lo mira con algo de sorpresa—Reúne a tus hombres—el hombre titubea pero asiente varias veces y sale de la cocina a paso rápido—Bueno, debo ir a la comisaría. Por favor quédense en la casa—nos dice para después a besar la frente de cada una y salir de ahí detrás de su gran amigo.
Ambas asentimos en silencio y subimos a la habitación de mi hermana con rapidez. Después de hablar por horas y cambiar de asiento como tres veces, ambas nos quedamos profundamente dormidas sobre su cama por el resto de ma tarde. No despierto hasta que las ganas de hacer pipí me invaden y la oscuridad ya surca el cielo, así que con pereza me levanto de la comodidad del colchón y voy directa al baño.
Antes de salir de la habitación, miro a mi hermana que está profundamente dormida y medio abrazando su almohada, sonrío levemente y salgo de ahí. Entro al baño cerrando la puerta detrás de mi y procedo a hacer mi necesidad provocándome alivio. Suspiro cansada cuando recuerdos de lo que sucedió en el bosque regresan a mi cabeza, sacudo la cabeza para olvidarlo, me aseo y me levanto para acomodar mi ropa, presiono el botón y el agua se lleva lo que hice mientras me acerco al lavamanos.
Antes de cerrar las llaves mojo mi rostro un poco y las cierro enseguida, suspiro mirándome frente al espejo. Tengo algo de ojeras y me veo más pálida de lo normal.
Que patética Alena. ¿Desde cuando dejas que un idiota te haga sentir tan mierda? ¡Eres una puta diosa! ¡Compórtate como tal!.
Escucho a mi hermana alzar la voz así que frunzo el ceño e ignoro a la vocecita dentro de mi cabeza que me alerta de algo, seco mi rostro con una de las toallas blancas y mis manos enseguida, salgo de ahí para ir directo a la habitación de mi hermana. En cuanto abro la puerta me quedo congelada ahí mismo al ver a Jacob de pie frente a mi hermana, sin camisa y con shorts de mezclilla. Tal y como lucía aquel día pero no está empapado.
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