|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Salgo del estudio una vez que termino de envolver las cajas sorpresa para mi anuncio de hoy y voy a la cocina para preparar la cena. Ryan ha llegado esta misma mañana aunque sin la compañía de Enzo, por lo cual he decidido contarles la buena noticia por fin. Realmente no me considero capaz de seguir guardando el secreto, no sólo por los cambios hormonales que me hacen bipolar y dramática, sino también por que Jacob parece garrapata y no puede mantener sus manos fuera de mi por mucho tiempo.
Estas dos semanas hemos tenido sexo cada noche, no me ha dejado dormir hasta casi las 4 de la mañana, no hasta que esta relativamente satisfecho y apenas me deja ir a trabajar cuando mi beeper suena por alguna emergencia o situación en el hospital en la que me necesiten durante la noche. Tampoco deja de abrazarme o sentarme encima suyo mientras miramos alguna película, serie o jugamos con los cachorros algún juego de mesa. Mucho menos deja que Sean esté a menos de metro y medio de mi.
Incluso bufa cuando los cachorros me roban su atención o cariño. Así de exagerado y consentido está.
Ahora con la presencia de Ryan y su ayuda respecto a mis hijos, más tiempo quiere tener conmigo y lo disfruto demasiado como para quejarme, pero está comenzando a olvidarse que tenemos tres hiperactivos cachorros que cuidar y atender. Quiero creer que no empeorará cuando le diga del embarazo, pero todos sabemos que será igual de sobre protector y posesivo como cuando llegaron los trillizos. Una razón en contra de decirles la noticia antes de que comience a notarse más.
Gracias al ventanal de la cocina, puedo ver de primera mano el partido de americano en el que mis hijos, mi esposo y mis hermanos están completamente inmersos desde hace como tres horas. Todos usan un jersey un par de tallas más holgadas y de sus respectivos equipos favoritos, aunque en este caso mis hijos usan el mismo que su padre ya que no son totalmente fanáticos o conocedores del deporte. Todos ellos usan el jersey de Philadelphia Eagles, mientras que Sean y Ryan usan los de Dallas Cowboys.
Lucen realmente bien con ellos, además de las gorras y tenis combinados, aunque tal vez se verían mejor si siquiera los adultos entendieran el juego para así poder mostrárselo a los trillizos, quienes parecen comprender mejor el objetivo. Río negando con la cabeza cuando Sean es tacleado por mi esposo a pesar de que no tuviese el balón entre sus manos, ambos se estrellan contra el césped pero quien reside todo el golpe es el cazador.
Jacob sonríe orgulloso de si mismo mientras Ryan ríe y su querido Evan se asegura de que su tío Sean no haya muerto ya. Niego con la cabeza recomendándome reprender a Jacob más tarde y me giro devuelta para meter los filetes de pescado con las verduras al horno para que se cosan como deben. Seguidamente voy hacia el refrigerador para extraer tres cervezas y tres botellas de Gatorade sabor Lima-Limón.
Miro a través de la ventana mientras dejo todo sobre una bandeja, al hacerlo veo a Aaron lanzar el balón a Ryan quien corre hacia donde están Jacob y Zach esperándolo, entonces el lo lanza a Evan con suavidad. Mi cachorro lo abraza contra su pecho y corre hacia el frente esquivando con facilidad y gracia a sus hermanos. Barre entre las piernas de su padre y cruza la línea de Touchdown consiguiendo la victoria para su equipo. Sean y Ryan alzan los brazos emocionados festejando su gol, el balón rebota contra el césped cuando Evan lo lanza para ser cargado por sus tíos.
