|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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—¿Soy yo o te miró raro cuando te entregó el libro?—le pregunto en un susurro como si el hombre fuera a escucharnos.
—Creí que había sido mi imaginación—me dice y yo suspiro.
—Raro—comento a lo que ella asiente, entrelazamos nuestros brazos y caminamos de regreso para ir al restaurante.
Cuando nos hemos alejado una distancia considerable, bajamos una pequeña rampa que hay directo a un callejón para salir a la calle principal. Ambas nos detenemos al ver que dos sujetos detienen su camino justo en la salida del callejón para mirarnos, gracias a la falta de luz no podemos ver sus rostros pero aún así me da mala espina, así que tiro de Bella de regreso sin dudar acelerando un poco el paso.
Mientras caminamos, miro sobre mi hombro intentando ser discreta y fingir que nada pasa. Segundos después los pasos de esos tipos se escuchan rápido y más cerca de nosotras—No mires atrás, si algo pasa ponte detrás de mi y si te digo que corras, corres, ¿entendiste?—le digo seria a lo que ella asiente rápidamente mas que nerviosa.
Su respiración se ha acelerado y se entrecorta, me aprieta con fuerza el brazo conforme continuamos alejándonos y escuchando los pasos detrás de nosotras. Con la mano derecha, saco un puño de acero del interior de mi chaqueta que papá me dio antes de irme a Italia, me lo pongo y escondo mi puño dentro del bolsillo de mi chamarra.
Al llegar a un tipo de estacionamiento, los mismos cuatro tipos que nos hicieron gestos y comentarios repulsivos fuera de la tienda de vestidos nos rodean hablando con coquetería y perversión. Nos saludan como si fuésemos amigos de toda la vida mientras se acercan cada vez más a nosotras, yo sigo andando apresurada y llevando a mi hermana conmigo—No los mires Bella—le ordeno pero ella está aterrorizada por lo que no responde y sólo baja la mirada.
Los cuatro nos rodean por lo que debemos detenernos de golpe—Oigan, no se vayan.
—Están lindas eh.
—Mira que tenemos aquí.
—Es tu chica, ¿no?
Sus comentarios me abruman al igual que a mi hermana, aprieto los puños cuando se acercan más, me quito la mochila y se la extiendo a Bella con lentitud, ella me mira confundida pero la toma sin decir nada—No se acerquen malditos idiotas—les gruño molesta, ellos se ríen y me miran de arriba a abajo con deseo, lo cual me provoca náuseas enseguida—Si nos tocan un sólo cabello los mato—advierto, ellos se vuelven a reír.
—Yo quiero a la de chaqueta verde—dice uno a un lado de Bella a lo que ella se tensa.
—Yo quiero a la brava.
Se acercan más dejándonos en medio de su círculo, cuando escucho a mi hermana gritar que la suelten y la siento jalarse con fuerza, actúo. Saco mi mano derecha de la chaqueta y golpeo con rapidez a un rubio directo a la nariz que se pegaba a mi, se tambalea y enseguida golpeo al de gorra que estaba a su lado. Le doy un puñetazo en la cara y luego lo tomo de la nuca para estrellarlo contra mi rodilla, después lo empujo con fuerza.
