|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Black-Swan's House
Narrador Omnisciente
Las risas y charlas agradables resuenan y contrastan con el silencio y tranquilidad del bosque que rodea a la propiedad Black-Swan. La manada entera con sus respectivas familias, Billy Black, Charlie Swan, Reneé y Phil Dwyer, la familiar Cullen y los hermanos O'Donell, acompañan al matrimonio Black en otro día de festejo, esta vez con su primer baby shower dos semanas después de la noticia sobre su espera de trillizos. El primero de muchos, según los deseos Jacob.
Este será el día en que anuncien a todos su premio gordo, nada mejor que esperar a tener a toda la enorme familia reunida en el mismo lugar para escuchar la noticia al mismo tiempo. Aunque algunos ya lo sepan.
—¡Tía Lena! ¡Ethan no me quiere dar de tu Nutella!—la voz enojada de Paul Jr llega a los oídos de la trihíbrida.
La pelinegra se gira en su lugar interrumpiendo la charla con sus amigas, para mirar a los pequeños torbellinos correr hacia ella a toda velocidad. El cachorro molesto es el primero en llegar a ella, a pesar de ser un año menor que Ethan, resulta ser más veloz y fuerte que el segundo, igual de hiperactivo que su padre. Un futuro rompecorazones que justo ahora se muere por robar un poco de aquella delicia marrón que antes pertenecía a la embarazada obsesionada con ella.
Todas ríen enternecidas al ver llegar a un agitado Ethan a ellas, unos pasos detrás de Paul, con una de las manos batidas completamente de chocolate al igual que todo el contorno de su boca y parte de sus mejillas. Parece un lindo y bajito payaso. Kim niega con la cabeza al ver la suciedad en su hijo, Rachel rueda los ojos por la clara molestia reflejada en el rostro de Paul Jr, su nariz está completamente fruncidas, sus cejas tupidas y negras igualmente cerradas.
—A ver, diablillos. Tienen que compartir mi reserva o mejor me la comeré yo—se cruza de brazos mirándolos divertida.
Ambos se miran entre ellos un tanto aterrados, Ethan prácticamente le lanza el bote de plástico con etiqueta blanca, al otro pequeño que apenas puede atraparlo. Entonces con grandes sonrisas se alejan hombro con hombro hacia el resto de los niños que juguetean alrededor de los juegos infantiles que Jacob ha instalado hace semanas en el enorme patio trasero de su propiedad, para que sus hijos puedan divertirse. Con ellos están Quil y Embry, lanzando pelotas en el aire y acompañándolos.
—No quiero imaginar cómo volverá a casa. Lleno de chocolate y empanizado con tierra y pasto—murmura Kim con un gesto aterrorizado que hace a sus amigas reír.
—Al menos Paul se encarga de Keila—intenta consolarla Emily.
—Más le vale. Aún así deberá bañar a su clon en cuanto lleguemos a casa—rueda los ojos provocando más risas.
