|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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El día es brillantemente soleado y animoso, ideal para festejar un cumpleaños infantil. La casa Uley está decorada de una cantidad exorbitante globos de muchos tonos de rosa, algunos mate y otros llenos de brillantina. Junto a la cabaña, hay cuatro grupos de mesas de madera al estilo de picnic, cubiertas por manteles rosas. Cuatro postes de madera forman un rectángulo alrededor de ellas, varias tiras de hilo sostienen más globos rosados y serpentinas plateadas.
Detrás de las mesas se encuentran dos asadores prendidos, donde carne para hamburguesa, salchichas y pan de encuentran calentándose y asándose para alimentar a muchos lobos con estómagos sin fondo. Una de las mesas sostiene varios platones con diversos caramelos y los regalos que Sarah ha comenzado a recibir con entusiasmo y sus ojos marrones chispeantes. En las otras se encuentran los adultos charlando animados y bebiendo cerveza, mientras Jacob y Sam vigilan las parrillas.
Dentro de la cabaña, Emily y Lena se encargan de preparar los nuggets de pollo y las papas fritas para todos los pequeños, que ahora se encuentran profiriendo grandes gritos animados y carcajadas, todos brincando una y otra vez sobre un enorme trampolín rosa.
—¡Mira mamá! ¡Mira!—el grito emocionado de Ethan llama la atención de Kim. Esta se gira a mirarlo con una sonrisa, una que se borra cuando lo ve colgado de una rama del pino mas cercano al trampolín y con intención de saltar hacia el.
—¡¿Pero que crees qué haces Ethan?!.
Todos se giran al oírla gritar aterrada, se pone de pie de un salto y enseguida corre hacia el árbol entre gritos y amenazas hacia su hijo. Las risas comienzan a oírse debido al espectáculo que da Kim tratando de trepar el árbol,—sin nada de éxito—, mientras su hijo se balancea de lo más feliz de la rama y su esposo ríe a carcajada limpia con una cerveza en la mano.
—Yo también quiero intentarlo papá—Keila tira de la camisa de su padre pidiendo su atención. Con su pequeño dedo índice señala hacia su hermano colgado del árbol.
—Ni se te ocurra, Keila. Mejor siéntate y come un Cheeto—niega enseguida Jared con gesto alarmado. La carga fácilmente para sentarla en su regazo y le entrega un Cheeto de queso, haciendo a la pequeña olvidar lo que antes quería.
—¡Jared Cameron! ¡Levanta tu estúpido trasero y ayúdame a bajar a tu hijo de ahí!—el grito furioso de Kim lo hace sobresaltarse en su lugar, por lo que enseguida le entrega su pequeña a Quil y corre hacia su esposa para ayudarla.
Lena y Emily sueltan una carcajada al salir de la cabaña y ver la situación. Ahora Kim está sentada en los hombros de Jared intentando llegar a Ethan, este se mueve de un lado a otro por las órdenes de su molesta esposa mientras todos ríen a sus costillas.
—Mamá, ¿puedo subir con Ethan al árbol?—la pregunta de Aaron llama su atención, este la mira desde abajo con su sonrisa más inocente.
—¿Porque no mejor te cuelgo yo del árbol?—le ofrece con una sonrisa haciendo a los ojos de su cachorro iluminarse—De las orejas.
