|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Narrador Omnisciente Roma, Italia.
Le sonríe a Sean cuando regresa con dos cafés capuchinos, ambos calientes y exhalando vapor el cual resalta debido a la baja temperatura de la cafetería en el centro de la ciudad. Siempre le ha gustado el clima frío, tiene demasiados PRO en su opinión, como que los mosquitos e insectos no son frecuentes debido a que no resisten la temperatura. También que puede usar capas de ropa linda para mantenerse caliente.
Tampoco no suda lo cual es lo que más odia, la pone de muy mal humor ya que le da asco sudar y eso irrita su piel, además este clima te da la opción de quedarte en cama, disfrutando una taza de chocolate humeante, envuelta en cobijas disfrutando de alguna película o serie.
Definitivamente el frío era lo suyo, aunque claro, el calor no estaba mal en ciertas excepciones, por ejemplo cuando vas a la playa. Visitar un lugar así con un clima frío complica mucho el disfrute de este a comparación con un día soleado, ella ama nadar así que de vez en cuando profesa su tolerancia al calor, claro que no es con frecuencia, no con la que le gustaría.
Extraña visitar el océano, siempre ha sido su elemento, no tardó en aprender a nadar y en enamorarse del agua cuando era pequeña, se podría decir que incluso aprendió a nadar antes que a caminar. Recuerdos de vacaciones en la playa vienen a su mente, sonríe sin poder evitarlo, espera volver pronto a disfrutar de la arena, el calor, piñas coladas y el precioso océano frente a ella.
—¿Porque sonríes así?—la voz de su mejor amigo la saca de su ensoñación—Pareces retrasada—se burla a lo que ella lo mira mal pero con diversión.
—Recordaba la playa, el océano y las vacaciones con mi familia—sonríe—Necesito ir a la playa.
Sean mira a su amiga con una sonrisa—Pues pronto irás a Washington, según sé hay una playa cerca pero es muy frío como para que la disfrutes como se debe—la chica lo mira y suspira.
—Lo sé, yo quiero ir a una playa soleada, quiero bucear y nadar con tiburones—un puchero se forma en sus labios haciendo que el castaño sonría más—No se me borrará esa idea de la cabeza hasta que no lo haga.
Su amigo niega con la cabeza—Eres necia Lena. Eso es muy peligroso.
La pelinegra gira los ojos divertida—Eso lo dices porque eres un miedoso—se burla, ahora el chico es quien rueda los ojos.
—Disculpa por tener sentido común y de seguridad.
La chica ríe—Si claro, ¿tener sentido de la seguridad significa fumar cerca de un tanque de gas?—el bufa.
—¡Fue un accidente! ¡No sabia que eso estaba ahí!—se excusa enseguida, la chica se cruza de brazos triunfante.
—Como tu digas—se encoge de hombros burlona, Sean la mira con ojos entrecerrados fingiendo molestia.
