|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
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Black-Swan's House
—¡Ya ha llegado el futuro padrino de los trillizos más afortunados del mundo!.
La puerta de mi casa se abre de golpe dejando ver a un alegre Ryan con un montón de bolsas colgadas en sus brazos, todas de diferentes tamaños, colores y logotipos de costosas tiendas infantiles. Ruedo los ojos mirándolo desde el sofá con un tazón de palomitas sobre mi enorme vientre, en la pantalla que hemos integrado en la sala, se reproduce Avengers Infinity War, algo que me evita darle toda mi atención a mis hermanos.
—¡¿Qué debo hacer les deshacerme de él?!—se queja Sean entrando detrás suyo con una cantidad de bolsas exuberantes en brazos pero menos que las que carga Ryan.
Suelto una risa poniendo pause a la película, no quiero perderme ni un segundo de la increíble y caliente vista que me dan Steve Rogers y Bucky Barnes.
Por favor dios, que a mis hijos les guste Marvel.
El menor deja caer las bolsas debajo de la mesa detrás del sofá en el que estoy cansado y exasperado, Ryan las deja junto al comedor con una enorme y resplandeciente sonrisa que me contagia. Sean se acerca a besar mi frente y seguidamente se deja caer en uno de los sillones individuales en la estancia, escogiendo el que está a mi izquierda.
—Hola hermosa—me sonríe feliz—¿Cómo estás?.
—Embarazada—respondo divertida encogiéndome de hombros. Ryan suelta un chillido de alegría desde la cocina—¡Más te vale que no toques mis reservas, O'Donell!—le advierto apenas pudiendo sentarme por mi misma.
—Tranquila futura mami. Sólo fui por agua para mi exagerado y moribundo hermano—se burla el mayor en cuanto vuelve a la estancia. Sean le muestra su dedo medio derecho pero recibe la botella de agua fría que le ha lanzado—Te ves increíble—me asegura inclinándose a dejar un beso en mi frente.
Seguidamente rodea el sofá para sentarse frente a mi, subiendo mis pies cubiertos por un par de calcetines negros con patitas de gato bordadas en color blanco, a su regazo para comenzar a masajearlos con suavidad. Suelto un gemido gustoso echando la cabeza hacia atrás.
—Eso fue tan pornográfico—murmura Sean entre risas, Ryan ríe de igual forma pero yo me abstengo de decir algo y mejor continúo disfrutando de la atención de mi hermano mayor—Te prometo que no lo olvidaré.
—Cierra la boca, idiota—farfulló divertida abriendo los ojos y levantando la cabeza para mirarlos—¿Puedo saber porque han llegado antes?.
—¡Porque tendrás trillizos, boba!—me responde el mayor con efusividad.
—Júramelo. Si no me lo dices, habría pensado que simplemente estoy hinchándome como Marge Dursley—le respondo sarcástica haciéndolo rodar los ojos.
—Eso de que las mujeres se vuelven dulces y maternales cuando están embarazadas... ¡es una total mentira!—asegura indignado haciendo a su hermano menor reír.
