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Charlie Swan, el hombre barbudo al estilo Ned Flanders, iba conduciendo en el auto de policía en dirección a su hogar, iba aliviado de poder regresar a casa con su hija y no en peores circunstancias que la paz que le embriagaba en esos momentos. Admitía que tras la noticia que se hizo rumor en minutos de que su hija estaba envuelta en un accidente automovilistico ocurrido en el Instituto de Forks había sido un ataque alarmante de sentir su corazón en un puño, claramente había dado la alerta de la retirada de carnet de conducir para el chico, sin embargo, no podía retirarle porque si. Aunque tenía hipótesis de que la husky siberiano que se encontraba en el hogar si pudiera tener el poder necesario para dicha cuestión.

Mira de reojo, a su lado derecho, viendo que su hija se había quedado dormida recostada en la ventana del co-copiloto, junto con el cinturón de seguridad. Su hija había estado envuelta en tensión, shock y trauma por dicha situación, sin embargo, sabía que en cuanto llegaran se haría una reunión bastante significativa.

Tan sólo suspira, y se dedica en tener la atención en el camino, no era muy lejos el hospital de la casa, al menos si te movieras en auto, a pie sería mas largo el trayecto. Perdido entre la carretera y sus pensamientos, rápidamente en varios pestañeos naturales y atentos al frente, llegó a la cama, con un ligero movimiento destranca las puertas, apaga el motor y abre su puerta, con delicadeza la cierra para luego golpear ligeramente la ventana del lado de su hija, verla reaccionar de forma somnolienta.

—Vamos Bella, ya llegamos a casa.

Ella asiente, se baja algo mareada pero se dirige con su bolso en brazos hacia la puerta de la casa con la llave en manos, mientras que el padre cierra las puertas del vehículo. No tarda en ver como en la ventana de Bella se ve la figura de la mascota albina, quien no se tarda en dejarse ver frente a la castaña que por poco y cae al suelo por el susto.

La husky siberiano, caminaba alrededor de la joven castaña mirándola con atención, gimiendo y olfateandola, hasta que se Bella se despide de su padre para poder descansar a su cuarto. Al parecer hoy ninguno tenía estómago para siquiera comer una cena tras la tensión del día.

Siendo si como Bella se dirigió a su habitación seguida de la husky albina, que la miraba con aquellos ojos ámbar cuál su estuviera meditando, y atesorando la presencia de la joven.

Charlie sabía que con la presencia vista, la observación y situación, no habría hoy con que preocuparse. Porque hoy no escucharía a su hija con algún cuadro de ansiedad con su 'mascota' por ella, sino que ya había podido admirar la paz con la que leona había seguido a Bella sin siquiera crear un numerito de pensamientos incesantes en su cabeza. Por lo que, esa noche tocaba ver un poco la tele antes de ir a dormir.

Mañana sería un largo día.

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora