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«T-todo era cierto...»

«Mis ancestros se... Son... Esto»

«yo... Yo casi los lastimo»

«Él... Yo... ¿Cómo volveré a ser lo que era? ¿Me quedaré por siempre así?»

Esos fueron los primeros pensamientos que Leah pudo concebir, sin embargo, fueron reemplazados por otros al ver como el hombre mayor a ella en una postura curvada al suelo tomaba la misma forma, y poco después tan sólo escuchó:

«Tranquila, no es eterna esta forma»

«Eres hermosa ante estas vistas, digna de una luna»

Dos voces distintas se escucharon y la pusieron tensa, le gruñó a Rock, las fauces demostraban sin vergüenza sus dientes de la loba grisácea.

«¿Cómo sabes que no lo es? ¿Quién es esa otra voz?»

«Porque has visto cómo he tomado la forma sin mucha complicación. Si lo pude hacer... Quiere decir, mi bella dama, que usted puede volver a como era, solo que le recomiendo que no lo haga ahora, porque se verá desnuda ante los demás»

«Y una bella mujer como usted no debe ser observada por los demás plebeyos, solo ante nuestros ojos. Soy Simbad, el lobo interno de este hombre.»

Leah no podía creer lo que estaba viendo ni escuchando, era tan irreal y distinto a lo que ella creció toda la vida. En verdad parecía ser cierto, lo dicho por Isabella o la mujer albina, ellos eran muy distintos a ellos.

«Tienes mucha razón, no somos ni parecidos a vuestros ancestros, tenemos una consciencia-nosotros" y "subconsciente-el lobo interno" vivos.»

Nuevamente Leah volvió a escuchar como el hombre español respondió sus propios pensamientos, incomodandola pero lo encaró al dar pasos hacia él, alerta.

«¿por qué parece que lees mi mente? ¿Por qué me estoy calmando con solo escucharte..? ¿Por qué?» Ella se preguntó tantas cosas, tantas que le llegaron sin demora alguna a Rock.

Simbad:«Por qué hemos conectado en mente. Te has transformado y nosotros contigo, por mi lado, lo he hecho buscando tu libertad de aquel humano deplorable que es el Alfa de estas tierras»

«Instintivamente y con todo mi fidelidad a ti, quise ayudarte a calmarte. Sé que no te perdonarías si lastimabas a tu familia, después de todo eres una mujer que aunque haya sido dañada por ellos... Se ve irremediable no poder odiarlos totalmente. Eres buena, señorita Leah»

«¿Y porque es está sensación de plenitud, de libertad que... Que siento contigo? Que has hecho ahora?»

«No te he hecho nada, solo te hemos aceptado como eres, nuestra pareja, nuestra compañera y por ende, eres bienvenida si aceptar ser parte de nuestra manada, o ser parte de la manada Ginonix, la cual auxilia a los rogues. Porque... Joder, no dejaré que este tal Sam, como Alfa te joda tu felicidad por siempre.»

«¿Cómo es eso de compañera?»

Leah cada vez se quedaba más cansada sobre sus cuatro patas, por lo que al ver que el lobo rojizo oscuro con ciertos toques plateados no la atacaría, fue sediendo al cansancio de estas al suelo. Acostada, lo miró en la espera de respuestas.

«Cada lobo no importa de dónde sea, nación, país, mundo, raza... Cualquiera nace con una verdadera figura leal que amará leal, pura y protectoramente a quien sea enlazado en vida por la Diosa Luna. En este caso, el compañero tiene el derecho de reclamarla, de buscarla y llevarla a su país o pueblo para convertirla en su compañera, y en el caso del Alfa, la Luna, somos como reyes que cuidan de otros lobos. Mientras que la compañera puede intentar vivir sola, ser independiente, pero nunca podrá sentir tan plena y libre sin estar a lado de quien por derecho le pertenece y está hecho para que esta sea feliz, para sanar las heridas y ayudarla en obtener sus logros personales.» explica con tanta fascinación y lentitud cada detalle.

Leah al escuchar aquello, sin querer es capaz de ver las parejas y lobos correr en una especie de festival donde todos parecen ser libres, plenos y felices, el amor se nota en el ambiente, en los corazón y los ojos mismos. Realmente eran el ideal de toda persona deseando ser amada.

«¿Porque...? ¿Porque no me ves como los demás? ¿Porque ya no siento esa pesada sensación en los hombros cuando mirada o escuchaba hablarse de Sam? ¿De verdad, te importo tanto como para dejarme ir lejos de ti?» preguntó Leah sin poder realmente ser tan capaz de creer cada cosa. Pero debía de hacerlo en algún momento, porque no era alguna ilusión el sentirse tan libre en esta forma animal, tan grande pero al final tan conectado con la naturaleza.

Simbad:«Porque mi presencia corta hilos, encontrarnos en vida há sido tu camino a la libertad. Te liberamos de esa sensación de conexión con ese Alfa.»

La voz más ronca de Simbad sin duda alguna era la más hermosa y varonil, le ponía la piel de gallina a Leah, pero no iba a aceptarlo tan fácil, ya había aprendido la lección. Los hombres debían luchar por su cariño, no dejarles en bandeja de plata.

Aunque Leah parecía olvidarse el detalle que él Alfa Rock escuchaba aquellos pensamientos, pero él mantendría reservado los suyos porque quierase o no, admiraba la coraza de su luna, estaba orgulloso de que le diera dificultad, después de todo, amaba arriesgar su pellejo por una joya tan hermosa como era ella.

«Le pediré a mi Beta que traiga ropa, una vez que decidas cambiar de forma trás algún lugar que cubra tu desnudez, te guiaré para cambiar de forma, se lo prometo, señorita. En cuanto a lo de.. Verte como los demás, pues, no puedo hacerlo si no he convivido hace años en estas tierras, pero si han osado despreciarla, no seré uno más de aquel montón. Una mujer merece respeto, no importa su pasado o su situación actual» respondió con gracia y elegancia el Alfa Rock.

«Elay, estaba por llamarte. ¿Que ocurre?» pensó por el enlace mental al ver aparecer al rubio oxigenado caminar con cautela hacia ambos.

Pero en cuanto llega a escasos centímetros del Alfa se arrodilla con respeto y sumisión. Sabía el protocolo para los nuevos lobos, y más aún si está era la luna.

—Si, Alfa Rock. La Alfa Leongina quedó en tener una reunión en su despacho ante los del concejo Ginonix, en compañía del Alfa Quileute y el propio concejo.—comunica Elay con aquel tono de voz entre mezclado en dos tonos, español e Inglés.

El Alfa Rock se queda pensativo pero ante la vista de afuera, el lobo rojizo oscuro afirmaba con delicadeza.

«¿Cuando será? Há dicho alguna especificación más?» preguntó.

—Si, la señorita Luna, debe estar participe. Y os ha dejado tiempo hasta el miércoles de hacer la reunión. Por consideración a la cachorra.— supuso al final Elay.

Leah no sabía ni que pensar ni decir, esos temas eran muy complejos para su comprensión. Y aún estaba confundida con todo este tema.

«Perfecto. Nos deja con tiempo de sobra. Gracias, Beta Elay. Aunque te encomiendo que vayas con la bruja y traigas vestimenta especial para la Luna Spain.»pidió el Alfa Rock tras todo, no tenía intenciones de que el rubio fuese a observar las prendas de su luna, se encontraba receloso ante ella.

—Perfecto, mi Alfa. Volveré de inmediato. Por cierto, Luna Leah.—expresó Elay.

Leah lo vio extrañada por la forma que la llamó pero le gruño por la familiaridad con la que ya la trató.

«Dime...» correspondió.

—Al Alfa Rock tenle paciencia, porque él te dará todo lo que no tenga y más, a mi ya no... Porque ya te encontró—dijo Elay sabiamente y con una felicidad contenida le sonrió levemente a la loba grisácea clara.

«¿Eh? ¿Pero porqué...?» preguntó extrañada Leah.

Sin embargo, tras un gruñido por parte del único Alfa, este salió corriendo hacia el bosque, tras su pequeño movimiento de apoyo a quien siempre lo cuidó como un viejo cascarrabias. Su alfa y mejor amigo.

Siendo así como, Elay había llegado junto a la bruja Urana. Pero en camino todo se había distorcionado en dolor.

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━━━━━━hellou

Que les pareció el capítulo? Parece que Leah tendrá mejor vida desde ahora en adelante, ¿no lo creen?

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora