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Desde hace media hora que la husky albino se encontraba caminando en círculos, sin embargo, el color de los ojos de la perruna mascota era el que generaba los pelos de puntas a Charlie Swan debido a que estos se encontraban de color ambarinos casi amarillos, había visto varias veces al beta Jonas con aquellos ojos pero ver a la reina en esa ilusión de salvajismo le daba a entender que algo le había pasado a su hija.

—¿Reina Leongina...?—Charlie, se aventuró a preguntar mientras tragaba saliva nervioso.

Más solo un gruñido feroz fue el que lo respondió, era tan grave pero imponente que hizo callar a Charlie, pero luego las orejas de la albina se agacharon a modo de disculpas.

Sin embargo, la puerta fue abierta en dos con un desdén y desespero increíble, dando a ver una figura femenina robusta cargando a una silueta muy conocida para ambos. El cabello y cuerpo del husky enseguida cambió considerablemente a mayor volumen, como los lobos de la manada pareciendo más lobo que lo que era a simple vista.

—Alfa, la protegí como me lo encargó, no le pasó nada malo pero entró en un estado de shock. —dijo la mujer albina de cabellos corto desconocida a ojos de Charlie Swan.

Charlie salió de su shock principal para ir en dirección a su hija, escuchó el gruñido del feroz lobo, sabía que no lo dañaría. Y ahora entendía porque estaba tan de mal humor. Su hija estuvo en sabe en qué tipo de peligros ajenos, pero el no había hecho ningún esfuerzo por mandar más seguridad con su hija. La abrazó y la besó, mirando que nada fuera mal con ella fisicamente, tanto que al no encontrar nada su cuerpo se relajó pero sabía que debía entregar a su pequeña hija al que más nervioso se encontraba.

—Maxam, recuerda que es su padre, es el instinto natural que respondió ante la situación. —advierte la mujer al ver al gran lobo con una mirada recelosa dirigida al sheriff.

—Lo sé —dijo a secas tras un gruñido gutural el lobo albino de ojos casi amarillos, ojos salvajes.

Charlie sintió que su hija despertaba, la vio sentir un dolor en la sien y el estremecimiento de frío que le encogió el alma verla tan pequeña en sus brazos, así como cuando tenía 7 años, por lo que al verla despierta estuvo ayudándole a llegar al lobo, no sabía si Leongina le había dicho ya el secreto o su hija estaba en completo estado de shock que no se daba que su husky tenía el cuádruple del tamaño normal que acostumbra, pero se dirigió titubeante hasta el lobo que la abrazó y desprendió un ambiente fresco, mentolado para todos en la sala pero vio como su hija se abrazaba y acurrucaba en el lobo que poco a poco fue acostandose en el suelo para ser el oso de peluche de ella.

—¿Q-que ha sido eso? —preguntó Charlie, adormilado.

—Es el maná del Yin, la pacífica expresión de tranquilidad para la conmoción, la gratitud por devolver a la luna a su hogar. —respondió la desconocida mientras sonreía levemente al ver cómo el gran lobo abrazaba a su luna con todo su ser.

—¿Mi hija no tendrá frío? Se siente fresco el ambiente, al menos para mi—explicó en murmullo muy bajo, por respeto a su hija que de nuevo se había vuelto a dormir en brazos de su verdadera paz y protector.

—No. El Alfa es capaz de dar dos tipos de sensaciones, una de ellas es el ambiente del somnifero frío para los demás pero para su luna, el calor de su alfa es la mejor sensación, su aroma fresco y mentolado la hace relajar, olvidar el mal momento. La luna siempre sentirá distinto a nosotros, ella es la única con poder de calmar al Alfa Hembra. —explicó tras un bostezo la mujer.

—Gracias por la respuesta...

—Yiara Klinsmann, guardiana original del Alfa Hembra. Un placer, Sheriff Charlie. —se presenta educadamente mientras se lleva una mano a la nuca—¿Sería una molestia que me pudiera proveer un poco de café?, hace frío afuera y necesito aún estar despierta

—No es molestia. Salvaste a mi hija, te debo la vida, señorita Yiara.

Sin mas, Charlie se retira en compañía de la mujer hacia la cocina, dejando al alfa y luna juntos en la sala, sin embargo, con sólo cerrar los ojos y aspirar profundo, una pequeña escarcha los envuelve para luego ser usado ese medio de partículas como teletrasportacion al cuarto de su luna. Maxam estaba apresado en un estado de calma entre los brazos de su luna, mientras que Leongina sólo dejaba instintivamente su aroma impregnado en la castaña, olía demasiado a humano alcoholizado y no le gustaba para nada esa sensación de matar a todo, ellos debían tener controlado el equilibrio, sino... ¿De qué les servía ser la eligida para ello?

Aunque ella estuviera tranquila, protegida por Maxam y que esté velará por la protección de ambas al haberse manifestado al tomar control de la verdadera forma, dejando atrás a la ilusión del pequeño husky, era sumamente severa la situación. Ya que si sus nervios y autocontrole fallaba como portadora del Yin, Maxam iría a buscar las presas humanas que habían dejado con traumas a su luna. El yang, podría haberse descontrolado pero, su luna había ido directamente en su búsqueda, solo había buscado su aroma y refugio cálido en el Gran lobo, sin ser del todo consciente de la verdadera forma que había presenciado. Maxam se había dejado ver, y aquello no sería capaz de ser rebobinado porque estaban atrapados entre el delicioso cuerpo de su humana, de su luna y aquello tal vez no era su momento oportuno, pero ya era un cambio a las reglas, no era infracción del todo... Porque el peligro que cada luna traía consigo podría ser la perfecta excepción para la situación.

Sin embargo, la preocupación estaba enfocada al momento de que su luna se despertara, si los rechazaba con miedo se sentiría más monstruo de lo que ya es. Pero si no lo hacía, se prometió festejar con ella este año la fiesta de la Diosa luna, para agradecer por la gran compañera de salvación que le había otorgado.

Pero si era pesimista, sabía que cualquier humano normal, optaría por huir de una bestia al tan solo despertar, porque... ¿Quién en su sano juicio la aceptaría tan al principio? ¿Quién no gritaría al no recordar del porqué está abrazando un gran lobo mutante mientras estaba dormida?

Intentó disfrutar de la sensación gratificante de estar en ese lugar con su luna, protegiendo sus sueños. Y esperando que el día de mañana fuera una mejor que la de esa noche.

[...]

Por otro lado, los trío de nómadas estaban siendo perseguidos por lobos de la manada de Port Angeles, los habían descubierto y casi no escapan de no ser por la intervención de la pelirroja y el rubio. Quienes logran ocultar sus aromas al cruzar al bosque que rodea Canadá. Yiara había sido advertida, y Jonas estaba esperando que las noticias no generasen tanto caos en la manada, porque de ser lo contrario, tener el aura de su alfa al esplendor sería mucha aura imponente para los vampiros y seres externos a la manada Ginonix.

Aunque Yiara había dicho a Charlie que ambas estaban seguras en el cuarto de la castaña, logrando que con solo eso el hombre humano se fuera también a descansar, pero ella se encontró de camino con el beta Jonas, siendo así que ambos se encontraban reunidos en la casa del Beta. La esposa del mismo había dado un cuarto de invitados a la mujer y con suerte, podrían descansar un poco mientras su alfa y Luna aún estaban en el mundo onírico.

#¿que pasará en el próximo capítulo? ¿Será que Bella reaccionará mal? ¿Dolerá o será agradable el capítulo próximo? ¡Saludos!

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora