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¿Qué tienes, pequeña Luna?—preguntó la voz ronca de Maxam.

Isabella se encontraba aún recostada sobre la cama, sabían que ya habían gastado toda una semana de descanso. El Alfa aún podía seguir en cama, pero a ella le daba pereza volver a clases y enfrentarse a todas las tareas atrasadas que llevaba. Ademas de tener que lidiar con la curiosidad de los demás, tras la ausencia de pelos de escoba.

Volteó la mirada hacia la derecha, dejando su mejilla aún reposando sobre la cama de la habitación del Alfa, se habían mudado para tener mas privacidad entre ambos. Además que ya no necesitaban tantos cuidados intensivos, pero aún necesitaba de un ungüento que la abuela de Leona había hecho para los salpullidos dolorosos que invadía de vez en cuando en las zonas de las mordidas: punto medio del cuello y clavicula, junto a la muñeca derecha donde también se notaban dos inserciones de mordidas de vampiro.

—Me preocupan las clases perdidas. Tenía muchos trabajos en grupo con el susodicho, y ahora ya no es tiempo como para pedir otra dupla. Deberé ensimismar toda mi obligación no continuada esta semana que inicia. Osea mañana, el domingo pasa muy rápido para el propio gusto.—expresa agotada de seguir asistiendo a clases—¿No hay algún curso intensivo para quemar las clases de un año dentro de la manada, Maxam?

Sí, como lo ven. Maxam llevaba tomando la consciencia del cuerpo desde la mitad de esa semana, Leona se encontraba en recuperación tras haber realizado aquella extraña macumba, aunque de cierta forma, no les creía mucho que esa fuera el real motivo de intercambio de dominancia de consciencias. Por lo que, la voz ronca y dominante del bárbaro Highlander se escuchaba sin demostrar mucho cambio físico, solo se notaban aquellos ojos dorados y voz grave dominando al cuerpo intersexual.

Charlie y Renné denegaron esa posibilidad hace mucho tiempo para ti. A la edad de cinco años tenías asistencia dentro de la manada pero con el lío que la señora Renné y el divorcio trajeron a tu vida, esas cosas se volvieron imposibles. A pesar que siempre has demostrado un buen coeficiente intelectual, ellos acordaron que lo mejor sería que aprendas del camino largo los conocimientos básicos, y en la universidad si es que deseabas ir... Pues se te ofrecería ir a estudiar dentro de la manadacontesta Maxam mientras se encontraba reposando la espalda contra el respaldero ancho de la cama.

—Creo que entiendo. ¿pero porque no lo recuerdo?—preguntó curiosa.

Por que de cachorros no hay tanta diferencia, además mientras tu madre no te diera motivos para sospechar algunas cosas como: los cachorros de lobo corriendo en la hora del recreo y otros niños jugar a la misma vez que observarte con curiosidad, solo daban sensación de que todo estaba bien. Nada para sospechar. contesta mientras se acerca a ella para atrapar el cuerpo de su Luna con el suyo.

—¿Y por qué no lo recuerdo? Busco y busco pero no encuentro lo que cuentas—contesta resoplando la castaña.

Los humanos dirían: "Es pequeña se olvidará de esos detalles"; sin embargo, tu madre no se quiso arriesgar e hizo que mi abuela bloqueara tus memorias. La mejor parte de tu infancia los bloqueó...—La voz ronca de Maxam demostraba claramente el disgusto y resentimiento— Ahora comprenderás del motivo por cual nunca estuve cómodo con ella cerca.

Isabella al escuchar aquello en su mente caen uno tras otro cada situación de la relación de su madre y su husky, la rivalidad que nunca entendió porque existía ni la incomodidad nunca explicada, su padre siempre le pedía paciencia, sospechaba que el sabía.

—Ahora comprendo mejor, en fin; espero poder sobrellevar los estudios sin problemas. —comenta la castaña mientras suspira tras notarla tan cerca de su cuello a su Alfa— Aunque, ¿me ayudarías en caso de retrasarme?

Sería todo un honor, mi pequeña Luna. Solo dime y haré mi mejor esfuerzo en ayudarte en las tareas. ¿Recuerdas nuestro voto como Alfa y Luna?—responde Maxam con tanta emoción, mientras se acerca cada vez a la mordida donde reposa su marca. Mueve un poco algunos cabellos y poco después suelta un gélido soplido sobre la luna—Estaré para ti en las buenas y malas... Mi pequeña luna, este mundo es demasiado grande para que una cabezota terca como vos, se involucre sola, por eso estoy y estaré siempre a tu lado. Es nuestro destino. —finaliza diciendo tras lamer con cierta adoración y deseo aquella L&I adorando en aquel tatuaje.

La castaña suelta un jadeo nervioso, sintiendo como sus latidos del corazón empiezan a bombear ligeramente acelerados, al igual que la sensación humeda y punzadas que nacen en un zona intima, produciendo que se remueva en la cama. Tratando de calmar esa sensación de excitación muy avergonzada, sentía perfectamente que si Maxam seguía lamiendo esa zona, se le escaparía un sonido vergonzoso, el calor la ahogaría y por consecuencia terminarían perdiendo el día siendo consumida en lujuria por su Alfa.

No es que no quisiera, ya lo extraña. Llevan bastantes semanas sin hacerlo y eso era por la salud de su Alfa, pero tal parece que Maxam tenía otros planes para ella, es mas recuerda haber preguntado a Leona de qué pasaría si Maxam tomara su lugar, le hiciera el amor, y recuerda plenamente que dijo algo como: "Maxam solo tomará mi lugar, si su necesidad de tener cachorros ya es máxima. Es por eso que siempre lo mantengo a rayas, un Alfa macho a las pocas semanas de encontrar a su mate ya la marca y semanas después buscan tener un cachorro, no es raro que Maxam lo busque ya. Es un excelente semental, con muy buen partido para dar crías y no niego que se torna sexy..." Con solo recordar esas palabras y quedarse perdida entre las sensaciones, fue el tiempo suficiente como para tratar de detener el tema.

—Maxam... ¿Q-Que crees que ha-haces?—replica jadeando mientras se trata de reincorporar y dejar de estar en esa posición tan vulnerable de estar boca abajo en la cama.

Sin embargo, el Alfa toma sus manos y las alza encima de su cabeza. Y como si su suerte estuviera en contra, Maxam aspira el aire y ronronea, «¡Listo! Ha percibido mi excitación«pensó horrorizada y avergonzada, de aquí no salía viva. Más aún cuando la mano aspera y fría del alfa fue bajando hasta desabotonar el jeans, metiendo mano justo a la bragas, donde se podía percibir la humedad que toda la presencia suya y cercana producía a ella en su cuerpo.

Eres muy receptiva, cariño... Me es imposible resistir más a la tentación, y no temas... Mañana recién es luna llena, si hoy te como, nada vendrá todavía...—gruñe excitado, apoyando todo el peso de su cadera en ella. Bella puede sentir la prominente erección de su Alfa entre sus nalgas, protegidas aun por los jeans.—Pídeme que pare, si no quieres, mi pequeña Luna... Porque tu cuerpo hermoso y sensual me está seduciendo, necesitando y pidiendo a gritos que te reclame...

Isabella se sintió tan sedienta, tanto que trago saliva y no podía evitar moverse. Su entrepierna, bajo vientre y clítoris daban punzadas al sentir la gelida presencia de la intromisión de la mano derecha entre su vagina, aunque aún protegida por la braga.

—Le-leona me advirtió... Que eres muy pasional... Trata de no dejarme en sillas de ruedas...—suplica Bella, totalmente avergonzada al sentir la sonrisa hacer vibrar el pecho del Alfa a quien tenía encima. Aun mas cuando la mano del mismo hizo a un lado la braga y acarició su humeda vagina, un gemido rasgó su garganta involuntariamente al par que sus mejillas la sentía muy calientes.

Lo intentaré mi Luna, por el momento, te prepararé para mi... Espero seas multiorgasmica también para mi...—gruñó Maxam aceptando el desafío, mientras seguía dejando su rastro de besos y lamidas en su marca.

Isabella era muy sensible justo en esa zona, al igual que muchas compañeras de lobos, todos tenían sensible esa zona y no era para menos, que sus compañeros machos lo utilizaran para dar mas disfrute a su compañera en esta situación. Siendo así, nuevamente se perdió entre calor y frío de esas sábanas, siendo consumida por el amor, ilusión y placer del momento.

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora