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—Vaya, es una sorpresa no verla acompañada. ¿A ocurrido algún chisme o pelea? —dijo el Zorro muy bromista mientras esboza una sonrisa complaciente.

Bella no entiende muy bien como es capaz de ver aquel zorro naranja de tamaño y cuerpo natural hablar sin mover los labios, pero las expresiones corporales decían y acompañaban mucho lo que podía decir el animal.

—Por favor, Señor Zhor.

El zorro suspira y se acaricia la cicatriz de su ojo derecho, el rasguño que pudo algún día quitarle un ojo. Mientras que el conejo de las nieves observaba con mucha curiosidad en dirección a la humana, pero el cervatillo o venado fue quien dio los primeros pasos firmes hasta quedar frente a Bella.

—Soy Venai, y soy la cuarta miembro del concejo Ginonix. Pido resguardo a cambio de la info que le puedo ofrecer. —añadió con una delicadeza y elegancia sublime la versión más realista de lo que jamás pudo ver de un venado como la madre de Bambi.

—Bueno... —aceptó sin saber muy bien porqué acuerdo. Pero no veía malo ayudarla si era recíproco.

La venado se encargó de hacer desaparecer inmediatamente el aroma de Bella, o al menos cubrir con la nada junto a los demás, camuflar a todos con el aroma a libros. El oso sin más se acercó a un mueble y poco después se recostó sin la menor molestia al suelo, no veía algún motivo por el cual intervenir pero los demás del concejo se abstuvieron a comentar algo al respecto.

—Soy el conejo de las nieves, me dicen Coney. Soy el segundo miembro del concejo Ginonix, si necesitas velocidad soy ideal para enseñarlo. —dijo con suma ternura, seriedad y amabilidad el conejo blanco de las nieves, inclinando ligeramente su cabeza en respeto.

—Aquel oso asocial se llama Pardo, es el quinto miembro del concejo Ginonix, y yo, soy quien da consejos sabios e ideales en los momentos donde deben guardar cuidado y precaucion para su estado físico. Me llamo Ardeyo, y soy el tercer miembro. —se presenta la pequeña criatura peluda con las puntas de las orejas pintadas en negro y pelaje mostaza con pancita clara, la ardilla.

—Por orden correcto sería: Yo, Zhor; primer miembro en representación de la astucia. Coney, segundo miembro en representación a la velocidad. Ardeyo, tercer miembro en representación del conocimiento. Venai, cuarto miembro en representación de la agilidad. Y por ultimo pero no menos importante, Pardo, quinto miembro en representación de la fuerza. Todos juntos ayudamos a Yin durante su crianza salvaje. —explica el zorro.

—No estoy comprendiendo mucho.

—Maxam se llama así por ser la figura máxima del yang. Y Leongina tiene el alma de una protectora conocida como Yin, ambas parte conforman el Yin-yang chino para el equilibrio del mundo. Tengo entendido que ya has visto la figura del magestuoso Maxam. —comenta nuevamente el zorro.

—Por si no lo entiendes, Leongina siempre ha sido... ¿Como era que la llamas? Ah si, Leona. —añade con suma suavidad Venai, la venado. —Y si, es la misma Leongina de las leyendas de Forks.

Bella se queda totalmente absorta ante la sorpresa de tal específica comparación de nombres, mareandose un poco por lo que ligeramente se vuelve a sentar en la silla, intentando mantener compostura. Logrando que el Zorro la mire con aire de magestuosidad.

—Ejem. ¿Me dejas proseguir, Venai? Aun falta unas cuantas informaciones que decir y quiero ser yo, quien evalúe a la Luna. —añade con total petulancia Zhor. Venai se ofende y sólo se retira un poco lejos del ingrato— ¿Qué desea usted saber específicamente?

—Leona siempre me ha dicho luna, pero en cuanto llegué a Fork sentí que volví a un lugar donde debería estar, más que nada cuando al fin la vi feliz y relajada. —comenta queriendo salir aún del estupor de estar hablando con animales— Sé que hay algo grande tras Leona y Maxam, y quiero pedir con su debido respeto que me concedan información del motivo y porqué me dicen "Luna" o porque a un amigo los he escuchado decir a su novia "compañera".

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora