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Las ojeras debajo de los ojos celestes claros del Alfa albino se notaba a leguas, aún cuando pudiera sobrellevar la carga de dicha pesadilla premonitoria del futuro. El Alfa Rock Saint ni el Beta Jonas pudieron mirar sin quedar algo preocupados por su amiga, fuera de ser así el Alfa, también los unía la amistad comprensiva.

—Ignoren mi estado físico. Nada va mal, ¿Vale?—contesta con fría bienvenida matutina. No buscaba ninguna lástima de ellos ni de nadie.— Os he reunido hoy en este momento para hablar a detalle la protección de Leah Clearwater como Alfa provisional en la manada Quileute.

—He estado hablando con mi beta en España, pueden mandar a alguno de mis chicos…—empieza a sugerir el Alfa Rock Saint, con una expresión pasiva.

—No es mala idea. Pero tengo una mejor, Elay hace poco ha encontrado a su mate en la manada Quileute, es Jacob Black. Mi sugerencia es que él cuide a Leah, teniendo doble objetivo de escolta.—comenta Leongina con seriedad, mientras mira con determinación al Alfa Rock.— El plan es: la joven Leah marcará un ritmo sano en el liderazgo de la manada y sus miembros de la tribu Quileute, mientras que Jacob deberá seguir los pasos de tu mate para que en unos meses el pueda relevar el puesto como debe ser. El papel de Elay será velar por el bienestar de Leah, pero también avanzar con la conexión con su mate. Un dos por uno, si se piensa de esa forma, sé que Elay tiene mucho tiempo viendote ser Alfa puede que ciertos consejos sabios pueda ofrecer tanto a su mate como la tuya.

El Alfa Rock comprendió la idea principal: Ayudar a su Beta-omega con su mate, y además de tener confianza en él, sabía perfectamente que protegería a capa y espada a su Luna. Pareció pensarlo varios minutos, pero estaba sopesando los pros y contra de esta idea, no había mucho en contra.

—Hay razón en tu juicio. ¿Pero acaso eso no hace que el mocoso Black tenga acceso a tu Luna? Digo, Leah y Bella están siendo cercanas. —dice mirando con extrañeza a su amigo el Alfa.

—Confío en mi querida Luna. Además Elay ya está advertido, si su mate lo lastima, y se pasa de listo con mi Luna, no seré tan piadosa como lo estoy siendo. —contesta encogiendo sus hombros, cómo si no le pudiera causar molestia la mención del mocoso o la realidad de la situación.

—Vaya, sí que confías fielmente en ella. Te sienta bien tener a la Luna Isabella cerca de ti, antes no eras tan piadoso porque sí nomas.—comenta el Alfa Rock.

—Si… son cosas que no se pueden evitar cuando ella es mi mundo y yo el suyo. —sonríe con cansancio. Mientras deja caer ligeramente la cabeza en el respaldo de su silla emplumada.—Necesito pedirles un favor.

El Beta Jonas sólo se encontraba siendo una persona secundaria en la situación, observando y escuchando con atención para ver si había algo que acotar.

—Por supuesto, ¿Que necesitas?—contesta el Alfa Rock, predispuesto.

—Dígame para qué le seré útil, Alfa.—contesta respetuoso el Beta Jonas.

—Alfa Rock necesitaré que en dos años próximos, mi Luna se quede en vuestras tierras, pronto deberé partir hacia tierras lejanas para encontrar algo de paz. Mientras que por parte de usted, mi querido Beta, necesito que investigues la situación de los nómadas que siguen por la zona.—comenta Leongina, aunque ve perfectamente como el beta se tensa como hilo estirado—¿Tienes algún avance ante ese tema?

—Las noticias no son muy agradables, Alfa.—comenta tras la atenta mirada celestina— Edward Cullen ha escapado del cuidado de su familia, la vidente lo ha visto aliarse con el Clan nómada. Buscan una rebelión en su contra, no sabemos cuando atacaran pero… creo que lo mejor será reforzar la seguridad desde ya.

En cuanto Leongina escucha aquello, se percibe perfectamente como el clima se tensa, congelando las hojas y el viento en la nada, el vidrio de las ventanas se empañan por el frío descenso de temperatura. Más no se hace esperar el crujido de la mano del Alfa romper el bolígrafo que tenía entre sus manos, dejando partes rotas y punzantes en la palma de su mano.

—¿Desde cuándo se sabe eso?—preguntan a doble voz, Maxam y Leongina, tratando de sobrellevar la molestia de alto rango en su instinto protector.

—Desde hace dos meses… Los Cullen tuvieron un encuentro con los nómadas en sus tierras, pero la mente y actitud de Edward Cullen les pareció muy interesante, él solo aprovechó la experiencia que tiene ese Clan para unirseles y afrontarlo a usted…Alfa.—comenta el Beta Jonas.

El gruñido que soltó de tanta molestia no pasó desapercibido. Intimidando a ambos hombres que veían como la apariencia del Alfa hembra iba tomando rasgos salvajes y desaliñados como si el bárbaro y salvaje alma del caos estuviera a punto de salir.

Llama a Luca y Yiara. Deberemos movernos rápido. No necesito ni deseo pérdidas, no lo permitiré ni hoy ni nunca.—comenta el Alfa finalmente, mientras se dirigía hacia la pequeña heladera y sacaba una botella de vodka, abriendola de una, se lo toma de golpe. Las bebidas alcohólicas no les afectaba a los hombres lobos como a los humanos, por lo que aunque pudiera ser peligroso el consumo en exceso ahora mismo era lo mejor para el Alfa.

—Iré a por ellos. —dice el Beta Jonas, convirtiéndose en fénix, para salir volando por la ventana que pasó a derretirse con solo su cercanía.

—¿Para qué necesitarás que la cuide? ¿No sería mejor que ella fuera contigo?, ella es tu calma Leo, no puedes alejarla de este mundo complicado que envuelve a los elegidos. —contesta el Alfa Rock.

Debo tomar decisiones pronto. Verificar algunas cosas y mejorar otras. Son rutas que ni mi Luna debe saber de su existencia, son cosas que irán para el futuro. Y realmente no quiero cambiar su futuro, mi vida no cambiará con el viaje pero si el rumbo del mundo. —contesta Leongina mientras trata de calmar su molestia.

Quería ir en busca del lector de mentes, matar a los nómadas y nunca más tener estos tipos de molestias. Se quedó perdido en la mirada, hoy no tocaría una noche pasional, no podría si todos corren peligro por un enfermo vampiro como lo era Edward Cullen.

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora