Isabella Swan es una joven normal, curiosa y taciturna, su vida es redactada caótica si es envuelta en un mundo sobrenatural. Se vera envuelta en este mundo tras tomar la decisión de quedar con su padre Charlie, en Forks mientras deja a su atolondra...
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Elay ciertamente no era muy cobarde, no ahora que había llegado a vivir casi un siglo y medio de su corta vida. No había sido tan especial o bueno la idea que había tenido, tal vez creía que Leo lo dejaría acercarse como cuando era un niño y luego no se, dejar que la abrace sin ningún rencor. Pero debía ser consciente, las palabras que había dicho su alfa no eran cosas fáciles de tragar, seguramente el Rey Alfa Zicam y Reina Leska estaban decepcionados de él. Aunque quisieran no habían tomado represalías, pero temía que ellos pensaran que era el quien no quería estar a lado de su schöne fiore.
Sus padres le aconsejaron volver a sus veinte a Forks, pero por algún motivo no recordaba el motivo por el cual debía volver, jamás lo hizo.
Sin embargo, una noche en un viaje loco, se acercó a un bar de Seattle, conoció a una silueta femenina albina con la cual intentó olvidarse de su problema de no sentir atraído por las mujeres, ambos habían perdido la virginidad pero por algún motivo sentía que la conocía de algún lado, pero aunque quiso preguntar ella tan solo fue un pequeño humo de invierno al finalizar el momento placentero y aunque lo había disfrutado, no podía siquiera volver a pensar a repetirlo con otra persona, era como si solo en ese momento su cuerpo se había reactivado para la otra persona y luego para las demás mujeres ni siquiera se excitaba. En cambio con los hombres se volvía loco y cada vez que podía tenía encuentros casuales que lo hacían sentir satisfecho cada cierto tiempo, logrando vivir a esa rara sensación de vacío en su alma.
No fue hasta las palabras de su actual Alfa, que cayó en cuenta del motivo por el cual, Leongina lo había dejado solo, había otorgado su libertad sacrificandose ella por él. En la tarde noche de aquel tercer día, había encontrado el aroma de su alfa en el beta de la manada de Fork, supo que era de su albina, lo supo pero se mantuve a distancia porque seguía sin saber que decirle, o como disculparse por su falta de preocupación por la conexión de alfa soulmate y omega. Aunque todo volvió a salirle mal cuando lo pudo sentir, lo sintió a metros de distancia, aún si hubiera ocultado su aroma, todo de él tembló, se sintió pequeño y por una extraña razón... ¿Excitado? Pero no era una sensación gratificante era como... Como cuando algún hombre lo dejaba frustrado sexualmente, por lo que incomodo trató de ignorar, pensar y unir cabos sueltos en cada punto que iba un paso más cerca a ella.
En cuanto quedó a pasos de la puerta del despacho del alfa, tan sólo se pasó la mano por su cabello inquieto, incómodo y ansioso. No sabía cómo dar el siguiente paso.
La puerta se abrió y él se tenso completamente, sin embargo, solo vio salir a su alfa Rock Saint salir incómodo del lugar, enseguida vio como el beta Jonas, inclino la cabeza en sumisión.
-Llevalo para que solucione lo del Museo, el tiene las habilidades necesarias para ayudarnos.
-¿pero... Pero como? -farfulló estupefacto el beta mientras miraba los papeles y luego a su alfa.
-Piensas muy alto cuando te preocupas por mí, fénix. -añade como respuesta a su pregunta el alfa, no se la veía pero se sentía la fuerza e imponência de la presencia que antes no tenía.