〔 32 〕

885 87 2
                                    

En cuanto Luca había estacionado el auto, supo que la pequeña Swan tenía muchos pensamientos encontrados, debido a que estaba pensativa mientras comía el helado. Qué curiosamente, había resuelto su malestar.

—Bells...

—Mentí. He mentido.

Luca y Yiara se miraron de reojo entre las ventanas totalmente extrañados, el primero tan solo atinó a levantar una ceja, la derecha ante lo dijo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Luca.

Bella llevó su mano a su pecho, y arrugó su remera oscura en cuanto sintió un dolor y un aullido a la distancia, tampoco había pasado desapercibido esa conexión rara.

—Creeréis que estoy loca, pero... Sentí a leona cerca cuando estuve cerca de Gina. Y... Me dolió decírselo, porque siento que es... ¿Mía? —confundida, bastante. Bella admite lo dicho.

Yiara la mira incrédula, mientras que Luca suelta una carcajada ante lo dicho, causando vergüenza en Bella.

—No me malinterpretes, pero... A veces tienes tus respuestas a tus dudas en todo lo que dices, pequeño Swan. —añade mirándola divertido.

—No entiendo. Explicame, por favor.

—Te daré una pista.

Lucah. —advierte en la conexión de mates, su compañera, Yiara.

Tranquila cariño, sé lo que hago. —contesta dándole una sonrisa.

—Bien. —dice cortamente Bella. Evidentemente no le gustaba tener que enterarse a rebuscadas pero tan solo aceptó, peor era nada.

—Existe una leyenda, la persona que se apellide Ginonix será capaz de guiarte en tu camino de incertidumbre y confusiones, solo si te cruzas con: el venado(agilidad), el oso(Fuerza), el conejo de nieves(velocidad), la ardilla(conocimiento) y el zorro(astucia). Solo estas cinco mascotas o guías naturales de la familia Ginonix te pueden guiar, pero sólo si buscas con respeto tus respuestas, te otorgan su bendición y sabiduría ante lo que buscas saber. —dice entre misteriosas palabras.

—Luca, ya no soy una niña. No creo encontrarme con tanta suerte, además aun no encuentro a Leona, y el Señor Jonas, solo me ha dicho de visitar una biblioteca del pueblo. Exactamente, ¿que es lo que no pueden decirme?

Yiara en ese entonces supo lo curiosa que era su Luna, realmente entendía el estrés de su alfa pero por sobre todo, también creía que su novio estaba loco. Hablarle del consejo Ginonix era como, mandar a traumar a la pobre humana.

Ese consejo era insufrible, y sólo su alfa sabía llegar a términos tranquilos entre ellos. Después de que casi se los comiera, era evidente que estos temieran a Maxam. Ambos adultos se miran entre sí, sabían que no podían romper las reglas aunque fuera la próxima y única luna.

La castaña frustrada sale con el helado ya casi terminado, ya comiendo lo último y dejándolo vacío lo arroja al basurero para luego caminar con la intención de ignorar a los dos reciente amigos que estaban pendientes de ella desde la desaparición de Leona.

—Espera Bells. No te enojes... —dijo Luca saliendo rápido del lugar del conductor, cerrando la puerta y yendo tras la castaña.

Bella detuvo su camino a medio abrir la puerta, resoplando por cansancio ante lo mismo de siempre. El misterio no le gustaba tanto.

—Bella, mejor haz caso a tu comprensión lectora y luego vemos que onda, porque legalmente no podemos hacer nada por ti. —dice Yiara mientras le pasa una bolsa con aspirinas para el dolor de cabeza, e intenta sonreírle—Recuperate pronto, y te prometo que te acompañaré a buscar a tu mascota.

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora