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El gran lobo albino de ojos amarillos iba rápidamente tras el lobo plateado, saltando entre cada montaña de nieve y esquivando con agilidad, velocidad algunos pinos que se cruzaban en el camino. El corazón de ambos se escuchaba agitado, vivos y como si fueran la presa y el cazador iban jugando, o tal vez pareciera un gruñido de alguien más. Yiara sabía que se había jugado el pescuezo al molestar a Maxam, sabía identificar cuando su pequeña no estaba al mando y claramente lo entendía, pero no tenía miedo de sacar de la zona incomoda al gran lobo guerrero del yang, después de todo. Su lobo plateado era el pariente más cercano al lobo albino.

«¡Es-espera no me mates, solo lo hacía jugando, macho!» tartamudez en el link alfa y guardián.

«Grr... ¡Odio la nieve y me tiras al lomo! Eso no es jugar» los pensamientos imponentes de Maxam hicieron estremecer un poco a la loba plateada, que jadeaba de tanto estar corriendo.

«Alfa Maxam, espere, se va a lastimar» anuncia tratando de parar totalmente su corrida hacia ese lugar, pero sus patas solo pisan musgo resbaladizo, y por un momento vio que no fue la única al notar como el lobo feroz se encontra con la misma expresión, sorprendido y tenso.

«¡Maldito musgooo!» ese fue el único hilo de pensamiento del gran lobo.

Que poco después fue ahogado por un estruendoso golpe de madera y dos cuerpo estrellándose con el tronco robusto, logrando que la nieve que había en todo lo alto del árbol cayera encima suyo, y la loba plateada aprendía varias cosas de la experiencia de ser aplastada por Maxam, realmente tenían suerte de que ambos tenían curación lobuna, sino el tremendo regaño que traería del Yin por esa apoteosica situación.

Tras algunas sacudidas de pelaje, y fuerza imponente del mayor en masa, logró salir del montón de nieve tras pararse algo tembloroso y desorientado, el gran lobo Maxam. Sin embargo, al bajar su mirada al suelo se encontró al lobo plateado tal si fuera una alfombra extendida, su mirada desorientada o posible enojado, cambió a una de diversión propia del momento.

«¿Cómo llamaría esto mi luna? Un... Lobo frito?» pensó bromeando un poco y bastante cínico Maxam.

Mientras que la loba plateada tan solo trataba de no quejarse ante su superior, intentando reír de su actitud chistosita pero no le parecía para nada graciosa, se sentía un shuffle, en verdad el lobo alfa pesaba toneladas y no eran exageraciones. Sentía como su pobre espalda tras unos minutos se iba recuperando del doloroso golpazo. Quedando totalmente rendida en esa posición, a Yiara no le molestaba que la nieve fuera otra capa de piel.

«Eres un asco en bromas, alfa» expresó sincera.

La risa ronca de Maxam se expresó en las mentes de ambos, a tal grado que por un momento la mirada del gran lobo se intercambió de color por un celeste pálido, Yin parecía haber sido despertada, sin embargo, Maxam fue rápido y enseguida tras unos 15 minutos logró volver a donde se encontraban antes, y simular que nunca se había levantado de la nieve.

«¿Q-que...? Maxam...» pensó adormilada Leongina, aun muy cansada mentalmente. «Que pasó?» preguntó totalmente desorientada«he percibido un temblor en mi cuerpo, ¿que han hecho?» preguntó seriamente.

A maxam se le erizó el pelaje al escuchar sus palabras, por lo que como era el rey de la oscuridad como de la improvisación para sus propias travesuras, empezó a arrullar a su preciada Yin.

«No ha sido nada grave, una ardilla se asustó de un oso, este solo pasaba por allí. Y bueno la ardilla se estrelló contra ese árbol y quedó como huevo frito» pensó totalmente tranquilo Maxam, aunque el último pensamiento había salido muy a posta.

«¿Y lo ayudaste verdad? Ningún animal puede sufrir tanto. Pobre ardilla.» la suave y dulce Yin había entrado en su actitud samaritana, cosa que volvía loco a Maxam pero de la buena manera aunque aveces no tanto, era muy buena con los demás para su propia salud.

«Eh... Saqué la nieve de encima.»pensó ante lo dicho. «Se levantó como si nada y sin rasguño, así que no te preocupes pequeña»

Yin al escuchar aquello por un momento abrió totalmente ambos de sus ojos, tomando control del cuerpo por minutos, viendo que estaba donde había dejado al yang. Confirmando que era real lo dicho.

«Esta bien, esta bien te creo.» empezó a decir Yin logrando que Maxam se relaje aliviado de conseguir su propia victoria«Aunque... Maxam?»

«Si, ¿mi preciosa Yin?» preguntó aliviado y curioso.

«Eres un idiota.» expresó totalmente sincera sin ninguna duda.

«¿¡Qué!? Pero porque?! Grrr!» se indignó el lobo yang ante esa manera de tratarlo.

«Si vas a mentirme, siempre te saldrá mal. Huelo el aroma de Yiara y no lo ocultaste para nada. Así que... Dime que carajos ambos han hecho para hacer que me despierte de mi maravilloso sueño» exclamó totalmente fría como la ventisca del invierno mismo. El peor error que tanto Yiara como Maxam habían olvidado es que a su Reina Yin odiaba que la despertaran de sus sueños. Tanto que dejaba su manera educada y formal de hablar por su propio enojo.

¿Alguna vez escucharon que no debían hacer enojar al Yin, y que para más está fuera la Reina del invierno?

Yiara salió del bosque, donde se escondía con la cola entre las patas, sintiendo la mirada fría en ella de su alfa, junto a Maxam quien se había quedado sin aliento y paralizado.

Ambos sufrirían lo que era despertar a Yin después de un día como ese. Y sabían que no saldrían ilesos, habían sido muy ilusos al haber jugado como niños sin haberlo avisado antes. Es por eso que Yiara y Maxam nunca eran buena combinación al estar juntos, no cuando Yin despertaba en vez de Leongina.

#¿que piensan que le pasará a ambos? ¿Porque tanto miedo le tienen a Yin? Osea a la actitud Yin de Leongina. Por cierto, es maraton! Espero les guste!

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora