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Sam no podía creer que tanto poder omnipresente pudiera existir en un sitio justamente con aquel hombre de cabellera larga albina y cuerpo afeminado, no entendía como podía ser que su cuerpo fuera dócil por orden inflingida a dos voces distorsionadas, a tal punto que hasta su impronta pudiera percibir tras ese silencio miedoso típico en ella, cuando no entendía nada. Por lo que, accedió reticente a sentarse donde habían sido guiados por el pelirrojo, a una distancia bastante prudente de su ex.

—Ya que estamos todos, es bueno hacer una resumen de lo que hemos hablado hasta ahora—interviene Bella tras sentir a su Alfa indispuesto, claro si se podía decir eso.—Bueno... quisiera comentarles a los recién llegados, unas cosas previas.

Pide la castaña mientras observa a todos en la mesa, esperando alguna crítica ante ello, pero como no la hay. Prosigue:

—En esta reunión se han juntado el Consejo Ginonix, manada de hombres lobos aquí presente, conformados por animales salvajes que para nuestra fortuna tienen facilidad de comunicación con nuestro lenguaje, ellos comprenden, piensan y hablan. Tal como vuestro concejo Quileute presente, así que os pido respeto, por favor. No hay necesidad de sentir miedo, todos tenemos este tiempo para comunicar por la paz, en calma.

Emily la mira incrédula, pero no rompe el silencio, no había de otra que formar parte de esta extraña reunión. Se preguntaba si era la misma conexión que existía con la manada, aunque se dispone a ver a Sam, este sigue con el rictus serio y molesto, pero en silencio.

—Comprendemos que siendo humana puede sonar como si estuviera consumiendo algun estupefaciente, pero no es así. Todo lo que ocurre en este lugar es real, gracias a la intervención de la Luna Isabella, sabrán que la comprensión, calma y comunicación es lo más necesario para llegar a una buena conclusión. —responde Pardo, el oso de pelaje marrón mientras sube sus patas sobre la mesa. Su hocico no se movía, pero si se escuchaba perfectamente una voz varonil rasposa como si fuera la de un Ermitaño antiguo.

—Quisieramos que nos comente de manera breve y sincera acerca de su conversión Alfa Sam, necesitamos comprender sus conexiones con los hechos de su imprimación en la humana presente, al igual que el rompimiento con su pareja anterior presente. Comprendemos que es un asunto muy personal, pero es de vital importancia encontrar evidencias ante el juicio que lo envuelve hoy día. —comenta un venado, mientras se acerca y sienta muy cerca de la humana. Curiosa pero calma al mismo tiempo, la voz era femenina pero moderada.

—¿Esto es un juicio? ¿De qué me acusan?—pregunta totalmente sorprendido, no estaba al tanto de eso.

—Al parecer el Concejo Quileute no estaba siendo tan ético como se pensaban. ¡Que patético! Ring ding ding—se ríe el zorro presente tras encontrar la mentira asomandose en la sala. La voz de quién había dicho aquello era jovial, astuta e inquietante— Te explico joven humano, a usted se le acusa de maltrato psicológico e intrafamiliar. Te pongo en contexto, estás en presencia de dos Alfas de la especie hombre lobo, y usted ha dañado a Leah Clearwater con decisiones ilegales para el pueblo de Forks. La Señorita Leah ha encontrado a su Alfa, por ende, sus decisiones han sido malas en esta vida.

Emily no podía creer que estaba escuchando reír a un zorro en este mismo momento, todo le parecía cada vez más incómodo y por más extraño que pareciera la acusación le había dado mucha vergüenza, siendo incapaz de apartar su mirada de sus manos.

—¿Encontrado a su Alfa?—pregunta bastante incómodo.— Acaso... Ella, ella no puede un lobo, las mujeres no pueden despertar el gen, eso las hará infértil. Es insólito. —comenta bastante aturdido e incrédulo.

El Alfa Rock Spain gruñe, imponiendo silencio a ese hombre. Sus cejas pobladas de color plateado estaban fruncidas, al igual que su cabello de color gris pateado con raíces tenues de color negro bastante rebeldes mostraban un aspecto maduro, sexy, al igual que la compañía de la barba de corte tipo herradura, dejando un espacio alrededor de los labios. Ojos castaños y piel de color marron claro, con rostro neutral. Así de guapo lo veía Leah, al verlo tan protector, se sentía segura cerca del Alfa de España.

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora