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Leongina al escuchar dicha pregunta queda en silencio, llevando su mano hacia la parte superior de la cabeza de su luna, acariciando suavemente para tratar de digerir lo que ha preguntado de esa viciosa curiosidad. La albina sin cambiar su posición tras Bella, decide contesta de la manera mas sincera pero esperaba no entrar en conflicto.

—Sé que ha de confundir bastante que utilicen ese término cada vez más frecuente en estos tiempos. Pero es algo que tarde o temprano deberá verse como una decisión primordial a tratar y decidir en unos años, lo digo como una charla futura entre nosotras para el bien común con el mundo. —comenta sin querer entrar en detalle. No muy agusto con este tema.

—Si andas con rodeos me vas a confundir, Leona. —comenta Bella mareada por lo dicho.

—Me llaman elegido porque se cree entre los chamanes de tribus mas antiguas, que la tierra donde vivimos hará una rebelión contra los humanos, yo deberé luchar contra esta de manera pacífica para que los seres vivos racionales no reinicien el ciclo de vida. Pero para ello, debo saber justificar los motivos por el cuál merecen una segunda oportunidad de vida, que el castigo que piensa dar no es justo, no si todos no han hecho a posta el daño a la tierra. —comenta lo que puede compartir y decir acerca de la visión futura.

—¿La tierra puede hacer más que desastre catástrofes hacia los humanos?—pregunta Bella extrañada.

—La tierra es el cuerpo del Dios Terra, si el no hubiera dado su cuerpo, nosotros no existiríamos hoy día. Solo existirían los seres vivos bióticos y abióticos. Si él llega a enfermar, Superno enfermará y por consiguiente las criaturas sobrenaturales perecerán en el mundo entero. —contesta Leongina mientras se imagina tal desastre del equilibrio natural que conocen hasta hoy día.

—¿Cómo podría el Dios Terra hacernos mal a los que habitantes de su cuerpo? ¿No le afectaría mínimamente a su cuerpo también?—pregunta Bella incrédula ante la seriedad del asunto.

—Dios Terra solo buscará eliminar las raíces negras que contaminan su cuerpo con una dosis que matará sin dejar virus letal para la próxima generación. Para volver a intentar un mejor mundo sin contaminación. —contesta Leongina cerrando los ojos y viendo esa enfermedad llamada Covid-19, marcando el año que sucedería tales muertes.

—Si todos morirán, como dices. ¿Tú como elegido... También lo harás?—pregunta Bella con una amargura dolorosa estrujando su corazón.

—El Elegido no morirá Bella, el elegido es el hijo del Dios Terra y Dios Spacefull —contesta con amargura que hace que su voz se torne sombría y lacerante. Como si estuvieran dañando las cuerdas vocales.

—¿Pero cómo?—pregunta Bella sintiendo mas dolor en su corazón, haciendo una mueca tras sentir una palpitación molesta en su cabeza y cuello. Notando que los ojos de su Leona se tornan celeste pálido y dorado, ante la pregunta.

—Yin y Yang son un núcleo compatible. Partidos por la mitad para aprender la necesidad de vivir, convivir, reproducir y sacrificarse por un bien común. Pero como toda criatura creada, tenemos el veneno de ser egoístas y ese veneno lo debemos usar para un bien muy merecido que haga pisar tierra al Dios. Y quién haga pisar tierra a la mente asesina de la furia contaminada del Dios Terra, solo será siempre su hijo Superno. —contesta Leongina.—Superno para aprender a vivir, entender la convivencia entre humanos y animales, como también sus propias creaciones, la reproducción de vida y el sacrificio del bien por un equilibrio necesario; se dividió en dos con el objetivo de  siempre tener su mente limpia y justa. Se dice que en el momento que fusione sus dos mitades será cuando entendió la ley de la vida humana, llegando a la madurez de mente, espíritu, corazón y alma. Un ser puro capaz de mantener la paz, unidad y justicia en la vida de los Dioses mayores: Spacefull y Terra. Si su hijo aprendió de su gran meta para madurar como todo ser vivo, será cuando la vida conviva realmente en un equilibrio en verdad justo y necesario.—interviene Maxam.

Es decir, si la sabiduria del Dios Superno se completa, encuentra motivo para salvar de la muerte a los responsables de oscurecer el alma de uno de sus padres, ve a través del oscuro veneno del humano contaminado. Dará su vida por el bien de sanar a sus criaturas y a quienes no, pero si no encuentra motivo para hacerlo. El mundo volverá a reiniciar, prometiendo mejor vida pero algo que nadie ha vivido antes para contarlo. —contesta Leongina, intentando explicar su motivo de vida, tan injusto y solitario.

—Antes de ti, hubieron otros, ¿verdad?—pregunta Bella.

—Si. Pero todos perecen, terminan contaminados antes de lograr fusionarse. Recortando las esperanzas para los humanos.—contesta Leongina.

—¿Qué te hace diferente a ti del resto, Leona?—pregunta con un dolor inevitable ante cada pregunta.

—No lo se. Pero algo tendré, que no logro ver ni siquiera yo. —contesta la albina con una mueca, aunque el pánico de no saberlo hace que sus labios tiemblen.

—En el caso que llegues a fusionarte. Me parece realmente injusto que seas quien viva, mientras otros perecen. Pero igualmente, me parece injusto que mueras mientras que los otros sobreviven. ¡No me gusta ningun camino!—admite Bella con un apretón de angustia porque ninguno es bueno.

Volteando su espalda al otro lado, para ver a su Alfa quien la mira con lágrimas cayendo de sus ojos, Bella estática se da cuenta que en todo este tiempo no ha escuchado ningún rastro de llanto solo la ha escuchado neutral como si no estuviera sintiendose mal con este hecho, pero el silencio en esta tempestad solo era una mascara del daño que la verdad de vivir la envolvía. Leongina solo ocultaba su miedo, su dolor y la verdad en el silencio, en la neutralidad en un lugar que pocos sabían ver y entender.

—Quienes eviten cualquiera de las opciones, decidiendo vivir sin aceptar la misión para el que fuimos concebidos, mueren de igual forma. Pero también castigan con menos tiempo de vida para las futuras generaciones. Yo no quiero acortar la vida de ese futuro castigado, quiero intentar salvarlos, y si es necesario dejaré de existir con tal de salvar, cultivar y sembrar una esperanza que no todos tengan pero espero que sea cultivado para ver un resultado aunque sea en el estado espectral. Prefiero creer y tener fe en algo tan imposible, pero sé que algún día será real...solo hay que creer que existe la cura del egoísmo. —contesta Leongina.

Bella no tiene palabras ni es capaz de siquiera pensar que decir ante esa firmeza con la que defiende sus pensamientos tan puros. Tal vez lo que a Leongina hacia diferente de entre otros elegidos era que: no tenía miedo de perecer, si tenía fe en que su muerte daba vida a la posibilidad de crear la cura ante el egoismo del ser contaminante del mundo humano.

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora