Epílogo

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Han pasado diez años, unos largos y duros años dónde he criado al futuro Alfa en mis manos con ayuda de mi manada y la de Leah. En 2007, tras la coronación como Luna de la colonia en España, la hermosa y reluciente Luna Leah (fue considerada el mayor logro entre los metamorfos y licantropos de lobos en el mundo, debido a su buen carácter y fortaleza), todo fue cuesta abajo, quedé embarazada de Maxam y Leona, sabiendolo unas semanas después de que ella fuese a dejarme al cuidado de Rock Saint.

Su misión no era sencilla y lo sabía, lo comprendí todo en cuanto me enteré de los síntomas del embarazo, el periodo y crianza de un cachorro Ginonix, conociendo a mi nueva y única compañera en este mundo, un regalo que mi Alfa dejó descansando en mi vientre tras su viaje. Nadie me avisó cuanto duraría ese viaje, ni mucho menos cuánto debía aprender a luchar por la vida de mi Eleina y mía.

Recordarlo dolía, mi cachorra había llegado al mundo en marzo del 2008, un martes veinticinco a la luz de la luna con los mismos ojos de mi leona y mi color de cabello junto con aquella característica infaltable, la piel como la nieve de blanca.

Aún recuerdo que con todo el dolor y pesar Maxam y Leona me dirigeron una frase que marcó mi destino desde aquel día: «Volveremos junto a ti, como uno y todo para ti. Solo recuerdanos»

Y tras eso, solo los primeros meses recibía la noticia de sus andanzas por los paíse: India, África, Egipto, Japón pero en cuanto llegó a ese último destino solo se pudo saber que un gran temporal había hecho perder todo tipo de contacto con ella, dejando mi corazón inconsolable. Si no fuera por mi familia, amigos y nuestra cachorra, su ausencia hubiera logrado que entrase en una depresión sin salida.

Sabía de ella debido a los cambios que ella parecía intentar hacer en el mundo, desde la disminución de contaminación ambiental, hasta las correcciones de costumbres alimenticias de bichos marinos, supongo que el futuro del que debía salvarnos estaba conectado con estos temas, una intoxicación o enfermedad cobrar una capacidad superior a una epidemia lograría muchas muertes.

Pensaba como ella, la pensaba y la extraña, solo por eso sigo en pie, esperándolos. Superno dijo que volverían juntos, pero no dijo la fecha exacta y hoy día, mi cachorra cumple diez años, largos años en donde creció sin la presencia de su padre pero que siempre le hablé de ellos con la esperanza de levantarme una mañana y encontrarlos a mi lado.

Cruel era el destino, al que había sobrevivido...

Pero esperaba que muy pronto, mi Alfa volviera para ser una familia completa.

Sin embargo, los días pasaban, la marca dolía como si ellos estuvieran siendo torturados pero nadie podía ubicarlos.

Dolía, y duele, pero sé que si me dejó a cargo de todo, confió en mi como su amada Luna fue para que me tomara en serio, que no era más solo una humana problemática y torpe, sino que... Ahora soy Isabella Swan Ginonix, Su Luna.

«Mi Luna»se escuchó como un pequeño bostezo entre el viento del balcón.

Avivando mi corazón y buscándolos.

Eran ellos, era una comunicación y conexión con ellos.

Lágrimas caen por mis mejillas, sollozando por ellos.

«¿Dónde están? Volverán ya?»busqué respuestas pero lo que pareció ser la esperanza termino siendo en una ilusión y mensaje viviente de que no habían muerto como muchos pueblerinos lo creían.

Por lo que, seguiré fuerte como Luna de la manada Ginonix, y enorgullecere a todos con mi papel determinado a serlo.

Porque me gustaron, los amé y me casé con ellos hasta el fin de mis días.

«Deben volver, los estamos esperando... Su Luna e hija, las extrañamos mucho»pensé con toda la fuerza telepática de esperanza hacia ellos.

     La habían escuchado, en aquella oscuro lugar lo habían logrado. Diez años le tomó volver a recuperar la fuerza y conexión con la tierra como se había preferido, pero el sacrificio por el mundo, y evitar enfermedades como el dengue, coronavirus y Chikungunya no habían sido del todo erradicados.

Superno sabía que debía conseguir la cura para todos, y aquello no era volviendo junto a su luna, aquello era volver a sacrificar su felicidad para evitar que su familia y manada cayeran muertos por la enfermedad de su padre Tierra, porque su madre Space ya no podía hacer nada al respeto, con haberlo salvado de morir ya había sido mas que suficiente su ayuda.

Ahora dependía de él, para seguir adoctrinando al mundo para cuidar la salud ambiental y humana, si no lo lograba todos estos años de distancia de su luna habrían sido una falta a sus principios, más aún sabiendo que su pequela sucesora había cumplido su misión: nacer y cuidar a su madre.

Ahora Superno, debía luchar por salvar a los humanos para que no se intoxicaran y acabaran matando a los demás por consumir cosas que no debieran, una vez adoctrinado eso... Podría volver junto a su Luna.

Y esperaba lograrlo.

To be continued...

Isabella Swan, Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora