Extra 1 - Navideño

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Advertencia: Los hechos narrados a continuación son parte de los extras, es decir suceden después de la culminación de la historia o en un caso hipotético.

Este extra es un caso hipotético, es decir pudo haber ocurrido como no pudo haber ocurrido. PERO NO AFECTA EN LA CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA.

Ahora sí, preguntas si hay alguna duda, yo los leo.

BESOS Y AMOR NAVIDEÑO, 

Samy.

Aura y su regalo de Navidad

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Aura y su regalo de Navidad.

Una pequeña jugaba con la nieve mientras construía pequeñas bolitas de copitos blanco y los ponía uno enzima del otro. Su meta eran cinco pelotitas achatadas, cuando llegaba al sexto todo se derrumbaba, pese a todo los rizos negros no se rendían y seguían rebotando con la emoción de la chiquilla. Saltaba de lugar en lugar, aunque no podía evitar sentirse un tanto sola.

Aura miraba a lo lejos, tenía los labios abiertos y los ojos le brillaban con intensidad, incapaz de detenerse dio un paso al frente, abrigándose con su largo abrigo café, pese a que no tenía frío. Porque la imagen de la pequeñita saltando y brincando con sus risillas amortiguadas le estaban causando sentimientos llenos de esperanza.

Pero no pudo, era como si la imagen escapara de su control. Que su suelo no era el mismo. Cuando trato de avanzar, su lugar la absorbía impidiéndola avanzar en ningún momento, la pequeña estaba a lo lejos sin notarla. Empezó a sentir ansiedad y un horrible deseo de gritar para llamar su atención.

—Antes que nada, tengo que explicarte algo. —murmuró una voz, bastante impresionada Aura se giró para verla. No tendría más de quince años y la chica llevaba una diadema que terminaban en unas orejeras bastante abrigadas. Portaba un vestido blanco y una chaqueta negra, pero sobre todo lucía amistosa y un tanto ansiosa. Se fijó en sus ojos claros y su cabello un tanto ondulado color café.

—Uhm... hola. —reaccionó Aura.

La chica sonrió antes de acercarse con toda la confianza del mundo y tomarla del rostro, besó suavemente una mejilla antes de besarle la otra. Aura no pudo evitar sentirse extrañada, incluso incómoda, pero también... familiar.

—Perdóname, Aura. A veces no quiero dejarte de lado, pero verte así, tan distinta, tan tú me llena de un orgullo y una culpa que no podrías entender. —la chica sonrió y la volvió a mirar —Pude imaginarte de muchas maneras, pero solo yo noto lo mucho que has crecido. Gracias, por todo esto.

—En mis tiempos se saludaba con un hola, ¿cómo estás?

La chica alzó las manos y rio un poquito.

—Vale, a lo que vine. Verás, la niña que ves a lo lejos es... —se mordió el labio y luego sonrió con suavidad—Alguien a quien amarás mucho, y bueno no sabía si hacer esto pero... me gusta salirme un poco del guion.

Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora