Capítulo 23 — Casi te digo te amo.
Narra Aura
Aclaremos algo, antes que nada, para todos los que ya saben de aquel pequeñito problema sentimental que tengo con el bombón de al lado...
La hermosa rubia que me causó el tironeo de celos, era su prima. Así que, en teoría, debería dejar de estar tan tensa, la furia se me fue al ser cargada como costal de papas en una espalda más que tonificada. Aún lo recuerdo, mejor dicho, nunca podré olvidarlo.
No tengo idea de cómo mis hormonas se fundieron de tanta carga. Bueno sí, ¿Cómo seguir con tu vida después de chocar de cara con este espécimen digno hijo de los dioses?
Hablando del rey de roma, la mamá que lo sazona... Vale, eso no tubo sentido pero el punto es...
—Yo sé, mamá —gruñe Alecksander por teléfono —Jo... perdón mamá, lo que trato de decir es que... si, vale. ¿Tengo opción? —Se escucha aquel sonido por teléfono de que alguien responde —Bien, yo igual. Que sí, vale adiós.
Amanda conduce con tranquilidad tarareando aquella canción de Dana Paola como si nada pasará, yo aún trato de recuperarme de ser casi arrestada, casi violada, y estar casi enamorada... a no, espera, la última estoy hasta la médula. Esto sí que es incómodo.
—Y dime, preciosa, ¿Cómo le hiciste para domar a la bestia? —habla la mujer tranquilamente, ahora que lo pienso es como una Miny de grande. Rayos, ¿De verdad me puse celosa?
—¿Quién?
Alecksander tranquilamente se señala así mismo.
—Habla de mí, lo siento. Pero mi prima me dice bestia, cuando somos de la misma familia, así que, sin rencores, fiera.
Reprimo una sonrisa.
—Ah, bueno, yo no...
—Oh, y hasta se sonroja —habla tiernamente Amanda —Parece que has encontrado a tu media naranja, ¿no?
Ah vaya, gracias. Que no soy un experimento ¡Obviamente me sonrojo! Esto es vergonzoso y además tengo el maquillaje corrido.
Amanda sube el volumen de la canción mientras entra en el McDonald's, se parquea en el subterránea y baja del auto.
—¿Qué quieres, animal? —gruñe, Alecksander pone los ojos en blanco —Eh, no me vires los ojos, que soy mayor que tú. —luego me mira a mí, y con dulzura, pregunta — ¿Y tú preciosa?
Oh, mierda.
—No, yo no tengo...
—¿Dinero? —Amanda se hecha a reír —Yo tampoco, pero para algo existe esté loco —victoriosa nos muestra la tarjeta de crédito de Alecksander.
—Joder, Amanda.
—Me la debes, Austen está de vacaciones y ahora no me habla. Gracias por arruinar la relación perfecta. Mi novio, tendrá que salvar tu culo en un juicio por haber marcado a la policía.
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Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del Corazón
Fiksi RemajaÉl era el chico más guapo e insistente que nunca jamás vio. Y Aura sabía que eso no era una excusa, pero... ¡Pero, cada vez que se alejaba necesitaba volverlo a ver! Se volvió adicta. Lo empezó a necesitar de una manera loca y enfermiza. Transformo...