"Esas ganas de cerra los ojos... y que todo vuelva a ser como antes"
-Koishiteru
"Capítulo 1- Mi fracaso en la vida"
Mire de nuevo a Camila, ella mantenía una sonrisa amable en su joven rostro, pese a los gritos de mi hermano.
No lo comprendía, era como ver lo que debía ser mi lugar, y en cambio estaba aquí, siendo apurada por mi hermano.
Para interpretar el papel, de una plástica top model. Ah sí, que iba a primer año de bachillerato.
Vaya mierda.
—¡Muévete! —. El gritó de mi hermano, me hizo respingar, y mirando los dulces chocolates que Camila tenía como ojos, me despedí de ella.
Corrí, hacia los ascensores, con la mochila colgando vagamente de mi hombro.
Estuve a punto de romperme el tobillo. Malditos tacones. ¡Carajo! ¡El uniforme era un maldito grano en el culo!¡No, en el cuerpo entero! ¡Hablando literalmente!
Traté de subirme un poco la falda, sinceramente me parecía una estupidez que esté debajo de la rodilla ¡Ni siquiera iba a un colegio de monjas! ¡Carajo mío!
Llegué y mi hermano me echó una crítica mirada, diciéndome con los ojos lo mal que lucía.
Vaya gracias, es todo lo que una chica quiere oír.
—La postura, Aura —. Gruñó de nuevo. ¿Acaso era un perro? Ya me lo creía, estaba teniendo peores días que una mujer en menopausia.
Y que lo digo yo, la que sufrió con una mujer en menopausia, todavía tengo la cicatriz de aquella maldita chancla.
—Vale—. Murmuré.
El ascensor se cerró al tiempo, y empezó a descender, me volteé para mirarme en el espejo de aquel aparato.
Solo diré que no pegué un grito, por no romperle el tímpano a Daniel.
Pero sí que jadeé horrorizada.
En mi vida, jamás, nunca, nunca, jamás de los jamases me había visto tan... ¿Cómo decirlo?
Friki, fea, gorda, desaliñada, virgen, santita, y lo peor, algo que me hizo querer romper el vidrio...
Pija.
Era toda una niña de papi.
<<Yo no tengo papi>> recordé con amargura.
El ascensor paró con un bonito timbre, y salimos afuera, en el vestíbulo.
Ya iba un mes viviendo aquí, pero cada vez que veía el acuario que tenía este edificio, abría y cerraba la boca...
Encantada.
Era hermoso, como los peces navegaban en el pequeño espacio, como las falsas algas, le daban un aire ligero y verde al edificio, como las pequeñas tortuguitas parecían llevarse la tensión y problemas y dejarlo enterrado lejos.
Pero no lo disfrute, pues Patricio, una clase de empleado y amigo de mi hermano, me esperaba con una sonrisa.
—Veo que te queda bien, aquel traje de falsa Julieta —. Ah es cierto, por un momento olvide, su gusto por Shakespeare.
Miré atrás, tal vez hoy si pudiera despedirme de...
El ascensor estaba con sus metálicas puertas cerradas. Se había ido.
Algo en mi pecho tronó, y no supe que fue, oh si, fue el responsable de una sensación de soledad, pero como ya llevaba haciendo mes entero, lo ignoré.
—¿Quieres tu ser mi falso Romeo? —. pregunté divertida.
—¡Que va! A mí eso de morir por amor, no se me da bien—. Reí negando con la cabeza.
Salimos y entramos a su Kia Sportage.
El olor a auto nuevo me inundó, mire el aromatizante con una ceja alzada.
Qué triste, solo es apariencia.
Las calles de Quito, estaban todas con un bendito tráfico, que me hizo tener una resaca... ¡Joder, solo yo me emborrachó con pitos!
Nerviosa, empecé a morderme mi labio, justo donde tenía un piercing, piercing que ya ni existía por no ponerle un arete allí.
Cuando me lo hice pensé que estaba más sexy que Katy Perry, con sus bailes raritos. Claro que en cuanto mamá lo vio, joder, ni el operado rabo de Shakira hubiese soportado la paliza que recibí.
Papá en cambio me dijo algo como <<Ya tuviste tu pendejez de adolescente, ahora por favor no me hagas traerte borracha de una discoteca>>
Claro que, entre Aura Maldonado y Daniel Laners, había un mundo de diferencia. Anda a saber tú, como se juntaron. Mejor, como se enamoraron, porque eso de que los polos opuestos se atraen, se cumple pepa en ellos.
—Listo niña, que llegamos—. Pestañeé sorprendida al oír a Patricio, ni siquiera me había dado cuenta.
Pero allí estaba, en el colegio con más pensión de todo Ecuador. Instituto Particular y Dotado de Quito y América.
I.P.D.Q.A.
Carajo, el infernal "Instituto" era realmente, un puto castillo, lleno de príncipes y princesas.
Abrí la puerta con fuerza, y bueno, allí la cagué.
No solo al oír el crujido de metal con metal, ni cuando el hueco quejido de vidrios, plástico, y metal rompiéndose, ni al darme cuenta que había tirado una moto con apariencia de "valgo más que tú, imbécil"
Sino al darme cuenta que había tirado la moto de un puto dios, Alecksander Donell.
¡Primer Capítulo!
¿Les ha gustado? Pequeñito lo se, pero ya quería empezar con este proyecto.
¿Que les parece Aura?
¿Se ha metido en problemas? ¡Ya lo creo!
Voten, comenten y compartan. Me inspira y alienta que lo hagan.
Besos, Samy Jara
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Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del Corazón
Novela JuvenilÉl era el chico más guapo e insistente que nunca jamás vio. Y Aura sabía que eso no era una excusa, pero... ¡Pero, cada vez que se alejaba necesitaba volverlo a ver! Se volvió adicta. Lo empezó a necesitar de una manera loca y enfermiza. Transformo...