Capítulo 46

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"Algunas cosas son más preciosas porque no duran mucho"

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"Algunas cosas son más preciosas porque no duran mucho"

-Oscar Wilde

Capítulo 46 – Su maldita voz...

Simplemente odio el calor. Definitivamente odio viajar en coche. Los viajes largos me abruman. No hay excusa para parecer sardinas que no se soportan. Ellos necesitan clases de espacio personal.

No puedo con esto.

No llevamos tanto tiempo metidos en esta lata, pero para mí luce como una eternidad. Sofocada, así es como se siente estar en mis zapatos.

Reth maneja tranquilo, la verdad no es muy rápido, pero en algunos tramos acelera como si Toreto lo poseyera, pero gracias al cielo, solo son pequeños tramos.

Aunque bueno, para variar estaría bien llegar un poco antes.

Alecksander en cambio, es tan tranquilo que me saca de mis casillas. Ha comido chicles todo el camino, y aunque me ha ofrecido al darse cuenta que lo miraba fijamente, yo he tratado de mantener todo bajo control, y mantener el mismo aliento que el chico que me desestabiliza no sonaba como la mejor opción.

Además, ¿Qué haré cuando se acabe el sabor del chicle?

No puedo decirle, oye, hazte a un lado voy a escupir goma mascada. Es antigénico y el mundo no lo merece.

Y luego va mi gran y metiche amigo.

Antón parece comer por toda la hambruna del mundo, cualquier vendedor o local a lo largo del camino se ha quedado con un poco de la economía del señor Kane. Estoy segura que el padre de Antón se replantea la idea de darle libertad financiera a su despreocupado hijo.

Aunque claro, no es como si a Antón le importara, su relación con su padre es de hecho bastante tensa.

Conocí a Antón en el colegio "Riobamba" era un niño bastante molestoso, y cuando me castigaron por alguna estupidez que no recuerdo, tuve que barrer el Coliseo acompañada de este parlanchín.

Recuerdo que le lancé la escoba a la cabeza como acto de amistad, el me llenó de basura de estudiantes como correspondencia a mi saludo, y nuestra relación de odio creció más y más.

Claro, en mi primera fiesta estaba más sola que la luna en el cielo, había mucha gente a mi alrededor, pero ninguna parecía mi tipo de gente, entonces claro este idiota apareció a mi lado, sorprendentemente estaba igual de incómodo.

Me invitó a bailar y conversamos la noche entera, éramos unos niños en una fiesta para mayores, veíamos todo como si fuéramos extraterrestres.

Y de allí, lo nuestro es historia.

Aunque claro, cuando Antón descubrió a su padre todo se fue a la mierda. El señor Kane es el gerente del Hotel Galpón, un hotel de lujo en la ciudad, lo único que Antón sabía de su padre era que jamás había estado a su lado.

Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora