Capítulo 25

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"Es fácil vivir con los ojos cerrados, interpretando mal todo lo que se ve..."

—John Lennon

Capítulo 25

Para nadie en este mundo es un secreto que mi comida favorita es la pizza hawaiana, la amo con locura y en casa cada vez que algo bueno sucedía comprábamos una caja, imaginen lo tierno y nostálgico que resultó cuando dos días atrás, después del alta de Camila, Daniel se detuviera en una pizzería.

—Dame un poquito —gime Belle mirando a la pizza con todo excepto buenas intenciones. Meto un pedazo de piña en mi boca y aparto el celestial triángulo del alcance de esta muerta de hambre.

—No. Te puedo dar hasta mi virginidad, pero, ¿está delicia? Ni a si fueras Derek Sheperd —ella hace esa cosa de fruncir la nariz de una manera casi infantil y recolocar sus lentes con el dedo del medio. Finjo que lo último ha sido mera casualidad.

—Eres una egoísta, glotona, cerda y... —la mujer se calla y toma aire, como buscando paciencia en su alma. Escondo una sonrisa mientras muerdo de nuevo esta bendita mezcla. ¡Gracias Italia! ¡Gracias Nápoles! —¿Quién demonios es Derek Sheperd?

Trago el pedazo y tomo mi cartón de jugo, yo nunca hubiese hecho lo que acabo de hacer en mi anterior colegio, pero en este hay dos opciones:

1. Pagas la exagerada cantidad de dinero por un plato no tan bueno.

2. Traes tu propia lonchera como lo hacíamos en jardín.

Espero comprendan que la vergüenza no paga mi colación.

—El padre de mis hijos. Y Belle si no te amará en este momento te dejaría de hablar por no saber quién es Derek Sheperd —ella pone los ojos en blanco mientras me regala una sonrisa.

—Desde que llamaste como enloquecida por ser tía demuestras más tu amor al mundo —dejo que se explique porque el hecho de ser tía no tiene nada que ver con mostrar mi amor al mundo. Además, yo amo a la mayoría de hombres que son actores o doctores, y por supuesto... —Espero no tenga que ver con cierta fiesta que todos comentan. ¿Cómo le hiciste para escapar de la policía?

El jugo se hace un nudo en mi boca y lo que parece naranja exprimida se vuelve naranja sólida, porque empiezo a toser de manera exagerada y ahogarme con el jugo y mi saliva.

—Me-mera casualidad —miro hacia el coliseo. Justo ahora están entrenando los chicos de baloncesto y el hombre que me tiene con el corazón en la mano.

—A mí no me engañas Aura Anastasia Jude Tessa Laners Steele Derry —la miro con un intento de ceño fruncido mientras la aludida me mira por debajo de las gafas, es bastante graciosa ya que la mujer tiene esa mezcla de belleza inocente que te hace querer llenarla a besos.

—¿Quién es Aura Ana Claudia Terry?

—Si no fuera porque te aprecio o algo parecido en este momento te dejaría de hablar. Todas mis conversaciones tienen que ver con el azotador de Grey o el mata ilusiones de Hardin o los mentirosos de los sexys Cash y tu... hasta les cambias de apellido.

La miro como lo que es, una demente loca que vive metida entre páginas o en su celular, es solo cuestión de tiempo que la trague el mundo de las letras o que quede más ciega que Dora la exploradora.

—Estoy segura que si yo fuera un libro tendría el nombre: "Crónicas sobre la más desastrosa mujer del Planeta" —anunció antes de meter el último pedazo de cielo hawaiano en mi boca. Bella sigue todo el movimiento con los ojos.

—Estoy segura que sería "Crónicas del egoísmo echo mujer".

Le doy un golpe y seguimos conversando de cosas sin fin, le cuento que Cami aún vive en su departamento en Cumbaya —una zona residencial de Quito— y aunque han aceptado una relación parece que ella quiere llevarlo con calma.

—Bueno, mucha calma no han de tener si ya han procreado un hijo —decide Bella, no puedo evitar reír.

—Eres asquerosa, me has hecho imaginar a mi hermano fornicar con Camila —hago señas de vómito y ella ríe, pasamos el rato en el césped, tendidas y mirando el monstruo del colegio.

De la nada, mi corazón empieza a latir acelerado y mis manos tienen un temblor nada sano, mi pulso parece querer reventar y la mirada de Belle se desvía a más arriba de mi cabeza.

Tiro la cabeza hacia atrás cuando la sombra me tapa el sol, lo que provoca que cuando Alecksander dirige sus labios a mi mejilla terminan por chocar por mis labios.

Juro que este sería el susto más grande y placentero que he recibido nunca.

No separo mis labios ni me echó para atrás, no cierro mis ojos y la fricción de sus labios sobre los míos se vuelve más intensa, un segundo los acaricia con suavidad y al otro muerde mi labio despacio y sexy.

Creo que gimo o él lo hace, o es una asustada Belle, pero cuando se aparta solo me muestra una fila de dientes blancos en una matadora sonrisa que detiene a mi corazón y lo reanima al mismo tiempo.

—Hola, preciosa.

¡No tienen idea del miedo que he pasado! 

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¡No tienen idea del miedo que he pasado! 

Ya sé, la actualización es tarde y con esto lo haré unos minutitos más, pero si la historia no hubiese sido publicada les aseguro que justo ahora estuviera llorando sin detenerme en coger un pañuelo.

Mi computadora se apago y no quiso volver a prender, saben lo difícil que ha estado estas situaciones en cada parte del mundo. Ah si que encontrar alguien que la repare fue difícil pero quise matarlo aún en plena tormenta porque no pudo recuperar un solo archivo.

Ah si que, cuando planeaba avisarles de un nuevo libro estoy aquí avisándoles de esto.

Hasta el próximo capítulo, no se olviden de votar y comentar.

Nos volveremos a ver. 

:)

Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora