Capítulo 62

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"But how am I supposed to love you when I don't love who I am?"

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"But how am I supposed to love you when I don't love who I am?"

-Dean Lewis

Capítulo 62 – No lo merezco.

Alecksander

Half a Man – Dean Lewis

Mis piernas me sostuvieron cuando la moto se detuvo, enviándome levemente hacia adelante, me arrastre con la Harvey hasta tocar el timbre de la casa de Neil. Era una propiedad inmensa, pero desde afuera lo único que se podía ver eran muros eléctricos blancos y una enorme puerta de hierro y madera. Todo tan inmenso que desaparecía de la vista de un extremo a otro.

La luz de la cámara se prendió y no tardaron en responder, cuando el garaje se abrió tuve que volver a darle marcha a la moto para poder subir la colina de asfalto. Los pequeños pinos que estaban alrededor de la vía, tapaban la vista del césped que decoraba el lugar.

Me pareció todo tan familiar que apenas presté atención a aquel detalle, en cambio me concentré en mirar algún convertible o algún auto llamativo para saber si Lucas se me había adelantado.

No había nada.

La casa de Neil era de dos plantas. Por fuera lucía como un lugar inalcanzable, desde el enorme ventanal piso techo se podía ver el comedor iluminado y moderno. Y en el segundo piso había tres balcones al frente. El del medio tenía el doble de tamaño que los otros dos, y el techo decorativo le daba más altura a la casa de la que ostentaba. Lo que más me gustaba de la casa de Neil era la casa del árbol que estaba justo al lado de la poderosa construcción, estaba construida en un enorme árbol de pino y tenía una escalera de madera para subir y una resbaladera para bajar. El techo triangular y las ventanitas era nuestra fortaleza de pequeños.

La imagen de Lucas con su ceño fruncido, cara de culo y gruñidos exasperados, un Neil sonriendo o llorando —siempre había sido muy intenso— comiendo o jodiendo, y yo sintiéndome en casa con tanta fuerza... todos muy pequeños, todos tan cercanos...

De niño, me encantaba venir a la casa de Neil. Por la casa del árbol, obvio. Neil era a quien tenía que soportar.

Parqueé la moto justo frente a las pequeñas escalinatas de mármol para subir a la entrada principal. Golpeé la puerta blanca con incrustaciones en hierro dorado y esta no tardó en abrir.

Miré levemente como las pequeñas ventanas blindadas no me dejaban ver lo que había detrás, pero después escuché suaves pisadas y la puerta se abrió por completo.

Por un momento no la reconocí. Es decir... vaya.

Belle Maldonado fue la chica que estaba dos años debajo de nosotros. El primer año de preparatoria, usaba lentes rojos y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Lo cierto es que jamás me interesé mucho por ella. Lo único que sabía en concreto de Bella Maldonado era que su madre era como una fiesta andante. Se hizo presidenta de todo colegio y nos llevó al mejor jodido paseo del mundo. ¿Qué chico en octavo se iba a Galápagos como paseo escolar? Incluso nosotros, que estábamos en décimo sentimos envidia de ellos.

Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora