Capítulo 11

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"Before you start a war, you better know what you are fighting for"

-Anónimo

Capítulo 11 - A sus órdenes señorita...

Sus dientes tiran de mi labio inferior. Duro. Salvaje. Sensual.

Gimo bajito, y me aferro a él. Más fuerte. Más.

—Alecksander —y después de su gruñido siento cómo mi espalda choca contra la pared —Oh, Dios...

Siento su sonrisa, en mi boca.

—No. Soy yo, Alecksander.

Si encontrará la capacidad para poder reír lo hiciera. Pero no puedo. Porque el momento en que sus labios acarician ese punto en el que la sangre recorre de mi corazón a mi cabeza, he quedado dentro de un universo paralelo.

Joder, y ese universo tiene ojos verdes, un delicioso piercing, y un paquete completo de músculos. Y se llama...

Hmmm, Aleck —jadeo de nuevo.

—¿Qué decías? —y para. Entonces al ver que yo aún no reacciono me muerde, como si fuera un vampiro, y su lengua succiona de mi carne y yo cómo estúpida hormonal que soy grito.

¡Mierda, me va a dejar marca! ¡En el cuello, joder

—Yo...

—¿No querías saber nada de mí? —Sus labios suben, y tiran del lóbulo de mi oreja. Señor ten piedad — ¿Aquel beso fue un error?

—Aleck...

—¿Esto es un error?

Y se separa, y la angustia de no tenerlo pegado a mi es tan fuerte que no puedo hacer más que gritar:

—¡No! —su sonrisa engreída me hace querer quitarle el piercing de un jalón. ¡Porque, demonios; le queda de muerte! —Y ahora bésame, cabrón.

—A sus órdenes señorita...

Pero cuando se vuelve acercar, se escucha un grito en el ambiente. Abro los ojos asustada.

Aquella voz.

Aquel grito...

¡Puta madre, estoy muerta!

—¡¡¡Aura!!!

Alecksander frunce el ceño y me examina con sus penetrantes ojos verdes, me encojo y quiero ser uno solo con la pared.

¡Pero que le den a la física, que eso es imposible!

—Tienes que esconderme —susurro.

De nuevo, el se mira confundido. Pero entonces las luces se encienden, y tarde me doy cuenta que "Tusa" ha dejado de sonar por los altavoces.

Una música de terror suena en mi cabeza, y entonces giro el rostro porque lo veo.

Daniel está aquí. Y me está mirando fijamente totalmente furioso.

¡Jesucristo ten piedad!

—¡¡¡AURA!!!

—¡¡¡AURA!!!

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Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora