Capítulo 50

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"Te quiero en todas las páginas de mi historia, te amaré en cada capítulo

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"Te quiero en todas las páginas de mi historia, te amaré en cada capítulo."

-Danns Vega

Capítulo 50 – Deja de pensarlo, Aura.

Había dicho que no.

Cuando preguntaron sobre ir a mi casa, a la antigua. A la de dos pisos. A la casa donde crecí. Dónde mamá estaría detrás de un mostrador vendiendo mercadería para autos. Y papá estaría con una camiseta llena de aceite y con la cara manchada pero una sonrisa en el rostro. Y Matt y Gabe como sus ayudantes... esa casa, la que era mi hogar.

Había dicho que no. Y no me arrepentía.

En cambio, sí que los extrañaba. Alecksander se había ofrecido a quedarse, pero Antón se lo llevo a rastas. Alegando que, y cito textualmente; "Si siguen así de pegados van a convertirse en una sola persona, y eso sinceramente, sería demasiado perturbador."

Yo no estaba de acuerdo, pero luego esa vocecita francamente irritante me decía: Necesitas espacio para pensar, así que deja de ser su chicle. Me convenció de lo contrario.

Muy bien, según veía en películas o los pocos libros que había leído, la conciencia, esa voz de tu cabeza, te daba por lo general malos consejos, para que sigas por el mal camino.

No era muy agradable que en cambio te recuerden lo que debes hacer, no lo que quieres hacer.

Aunque, para ser sinceros, yo misma me llevaba por el mal camino. Sin ayuda de nadie, así que supongo que Dios nos da lo que necesitamos.

Había preferido quedarme en la casa de Danna, la madre de Antón, así descansaba un poco del horrible viaje, y me daba tiempo a mí misma para pensar sin la presión de un chico sexy y ardiente a mi lado.

El teléfono vibró anunciando una llamada, y al ver el nombre de Belle me apresuré a contestar.

—Hey, rubia —saludé, escuchando sonidos detrás de la línea.

—¿Aura? —preguntaron al otro lado, sonaba un poco agitada. Aún así, su voz se pudo distinguir a la perfección.

—La última vez que lo comprobé era mi nombre —y me reí con mi patética bromita. Se escuchó un resoplido parecido a una risa al otro lado.

—Muy graciosa. En fin, quería llamarte, ¿Cómo está todo allá? —no sabía porque, pero tenía la impresión de que ella estaba un poco apagada.

—Se podría decir que bien. Es decir, depende a lo que te refieras.

—Vale, me he perdido.

—Alecksander está aquí —le había puesto al tanto de nuestra ruptura por video llamada en mi época de llanto, así que ella estaba al tanto de bueno... de mi corazoncito.

—Uh. Eso es algo imprevisto. —se río al otro lado y yo me alejé para mirar al teléfono con el ceño fruncido.

—¿Imprevisto? ¡No, en lo absoluto! Esto está fuera de control —mi propia voz empieza a elevarse. Me calmo mientras trató de entrar al baño para tener más intimidad, aseguro la puerta y me recargo en los azulejos —Se supone que debo ser una chica fuerte que lo ignora, y no puedo, le he dicho te quiero y además me ha besado como se besan en una película para mayores de 21. ¡De 21!

Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora