Advertencia: La autora del libro sufrió un cambio emocional fuerte y no se responsabiliza por mandar a la mierda sus personajes de un momento a otro... disfruten :)
Att: La gerencia lol.
"He llegado a la conclusión de que, si las cicatrices enseñan, las caricias también."
—Mario Benedetti.
Capítulo 56 – El dolor del fuego.
Trato de ser fuerte todo el tiempo. Pero no puedo, no puedo ser fuerte si él no me mira.
Mis manos se vuelven puños alrededor de la cama blanca, mientras el pitido y el olor a alcohol y medicinas nos rodea.
Cierro los ojos mientras me vuelvo a reclinar encima, el bulto de sus piernas me indican que Alecksander sigue aquí. Pero necesito que despierte.
Después de la explosión fui testigo de como poco a poco la fuerza le iba venciendo, hasta que no pudo resistir y se desvaneció. Su peso y el del almanaque se me vinieron encima y si no fuera porque el grupo de rescatistas nos encontró, seguramente hubiera muerto.
La presión que soportaba con todo ese peso encima fue lo que más lo daño. Y todo por... protegerme.
Cierro los ojos tratando de tragarme mi dolor.
Ahora, simplemente tengo una lesión en el hueso del brazo. Parece que me lo rompí en tres partes según la radiografía. Pero no hay nada que se pueda hacer aparte de lo que ya han hecho. Tengo que cuidar mi brazo, descansar y hacer terapia.
Pero no puedo. No si él aún no despierta.
Aprieto los labios con mis dientes sobre ellos. Siento el tirón de molestia en la boca, pero es preferible a ponerme a llorar de nuevo.
Mientras Alecksander estaba en cirugía, sentía que mi mundo se detenía en seco. La fuerza se había reducido y el simple hecho de que se vaya me mataba.
No. Él no podía irse.
Tenía que besarme más veces. Tenía que desnudarme mucho más, tenía que...
Tenía que cumplir su sueño.
Tal vez fue lo último lo que me martilleaba con tanta fuerza, porque la idea de que todo se corte de cuajo para él, porque simplemente siguió a la chica que quiere... no era justa.
Entendí por fin, lo peligroso que era esto. En mi mente aún no terminaba de creer que alguien allá afuera o aquí dentro nos quiera hacer daño.
Estaba encerrada en mi burbuja donde solo entraba mi felicidad y mi crecimiento, pero no es así. Esto es más que solo yo.
Había alguien afuera. De verdad existía.
No sabía si era la misma persona de los accidentes, Joyce lo creía completamente. Decía que era un pirómano. Y que el fuego en explosión era su marca. Había hablado con tanta furia y rabia contenida que recordé su propio dolor. Su hermana gemela y su sobrina habían muerto de la misma manera que mis padres.
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Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del Corazón
Teen FictionÉl era el chico más guapo e insistente que nunca jamás vio. Y Aura sabía que eso no era una excusa, pero... ¡Pero, cada vez que se alejaba necesitaba volverlo a ver! Se volvió adicta. Lo empezó a necesitar de una manera loca y enfermiza. Transformo...