"La muerte no existe, la gente solo muere cuando la olvidan, si puedes recordarme; siempre estaré contigo."
—Isabel Allende
Capítulo 26
Soy un desastre, soy de ese tipo de personas, ese 1% en el mundo que no tiene ni idea de cómo salvar un silencio o situación incómoda.
Así que, después de hacer las presentaciones —lo cual es ridículo porque seguro se conocen— el tenso silencio entre Belle y Aleck me dejan sin ganas de entablar una conversación.
—Uhm —me rasco la barbilla, aguantando el impulso de acariciar mis labios aún húmedos por aquel sexy beso —¿Qué tal estuvo el entrenamiento? —miro hacia Alecksander que mantiene su vista fija en mí, luce como un espía que no quiere perder detalle alguno de su objetivo. Escondo una sonrisa. Mientras yo sea su objetivo, puede ser el espía que quiera.
—Lo normal —se encoge de hombros —Idiotas corriendo detrás de un balón con el objetivo de encestar, un barrigón acusándonos de tener mucha grasa, y personas mirándonos como comida.
Quisiera alzar una ceja como toda una estrella, pero cuando me vi intentándolo frente al espejo, me dio miedo el resultado, por lo que levanto mis dos arquitos, en lo que intento ser una persona misteriosa.
Belle ríe por lo bajo, pero al notar que Aleck y yo la miramos se sonroja y mira hacia atrás.
Vamos, Belle. Puedes darnos conversación —quiero gritar —Este hombre no muerde, y si lo hace, que lo haga conmigo.
—Voy a ser tía —digo, y tarde caigo en la cuenta de que parece que nadie esperaba aquel comentario.
Alecksander, como el dios griego que es, alza una ceja de manera natural y sensual. ¿Es normal querer besarlo y zarandearlo?
—¿Cuántos meses tiene Camila? —pregunta Bella, apenas y le he contado lo básico acerca de la noticia, pero agradezco que trate de sacarme de tal apuro.
Me encamino a explicarle que no tengo ni idea, ya que después de mi... ataque, ellos dejaron de hablar en mi presencia sobre el bebé. Pero no es para nada necesario, porque entonces vienen dos hombres sumamente atractivos y de los que se llaman "moja-bragas" y se sientan con nosotras.
Neall —sangojos, por las malas lenguas—se sienta muy cerca de Belle, y la rodea con sus brazos.
Mientras que el otro rubio del que no recuerdo el nombre, se sienta a mi lado, encasillándome entre él y Alecksander.
Mama mía.
Nunca he estado con hombres tan...
Tan...
Tan...
Madre mía.
Es simplemente verlos sonreír, o respirar o que Neil haga esa cosa de fruncir los labios, no en una sonrisa, pero si en la mueca más atrevida y pícara existente, y yo me pregunto ¿Hay algo que estos hombres no hagan bien?
—Si no quieres verme celoso, sería amable de tu parte cerrar la boca por Neil y Lucas —miro hacia Alecksander y sonrojada pongo los ojos en blanco.
Disimuladamente toco la comisura de mi boca, para poder cerciorarme de que no halla saliva.
—Mira, ¿acaso no es la ratoncita de biblioteca? —frunzo el ceño, y desconcertada miro a Neil que deliberadamente molesta a Bella. Ella parece un poco alterada y trata de alejarse, pero Neil toma su mano y la acerca —¿Qué pasa Bella, ya no quieres que sea tu amigo?
Yo jamás he visto aquella mirada de pánico detrás de sus gafas, pero cuando me pide ayuda con los ojos, pienso que debo hacer, pero definitivamente mi amiga nos sorprende, gruñendo.
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Mi Agridulce Salvación © - #1 Los Sabores del Corazón
TienerfictieÉl era el chico más guapo e insistente que nunca jamás vio. Y Aura sabía que eso no era una excusa, pero... ¡Pero, cada vez que se alejaba necesitaba volverlo a ver! Se volvió adicta. Lo empezó a necesitar de una manera loca y enfermiza. Transformo...