Jimin se había prometido no dejar que nada ni nadie le impidiese centrarse en si mismo y en alcanzar el bienestar que merecía; por ello, tras volver a casa y contarle a Yoongi acerca del altercado ocurrido con su madre, se obligó a olvidarlo.
No fue precisamente tarea fácil, pues cada vez que dejaba su mente divagar, el rastro de sus pensamientos le llevaban a la voz de su madre, resonando en el interior de su cabeza y manteniendo presente su amenaza.
Se arrepentiría de ello.
Era posible, si; pero era también un riesgo que había debido correr.
Y es que, si había algo de lo que sin duda se habría arrepentido, era de haberse dejado manejar nuevamente por su madre, de caer en sus retorcidas manos y de haberse mostrado débil y vulnerable frente a ella.
El arrepentimiento era algo a lo que tarde o temprano debía acostumbrarse.
El arrepentimiento era algo tan humano que en mayor o menor medida se experimentaba prácticamente a diario; y mientras que el usado por su madre para amenazarle no era más que una posibilidad, el que habría sentido de no haberse mostrado frente a ella como lo hizo era una certeza.
No se arrepentía.
No se iba a dejar hacerlo.
No hasta que tuviese verdaderos motivos para ello.
Y a pesar de aquellos pensamientos intrusivos que en ocasiones abordaban su mente, Yoongi le ayudaba a recordarse a sí mismo que debía centrarse en el presente y dejar de tratar de adelantarse a las acciones inciertas del futuro.
Era algo que se le dificultaba, pero estaba trabajando arduamente en ello.
—Disculpa—Escuchó una voz decir a su lado; y de repente, pareció salir de su ensoñación para encontrarse a sí mismo sentado en una animada cafetería—¿Sabes ya lo que vas a pedir?
Jimin levantó la mirada, apartándola de un menú que siquiera se había encontrado leyendo y dirigiéndola al muchacho que se encontraba de pie junto a él, observándole con atención y con una suave sonrisa en los labios.
El castaño correspondió su gesto.
—Estoy esperando a un amigo—Dijo, casi como si quisiese excusarse por la tardanza del contrario.
El muchacho asintió, y entendiendo que el otro prefería esperar a la llegada de su acompañante, se marchó a atender a otros clientes.
Jimin dirigió la vista a la amplia ventana junto a la que estaba sentado, sujetando el peso de su cabeza con una de sus manos, apoyando el codo sobre la mesa y contemplando al exterior en busca de cualquier rostro conocido.
Algo más fue lo que robó su atención; y al escucharlo, todo su enfoque se dirigió entonces a la puerta abierta de la cafetería.
Una moto aparcó prácticamente frente a la entrada, y con agilidad, un esbelto muchacho bajó de ella casi al mismo tiempo en que se quitaba el casco, sacudiendo su cabello al hacerlo.
Jungkook se adentró en la cafetería, escaneando el local con la mirada en busca de su amigo.
El castaño alzó uno de sus brazos, haciéndose notar; y una vez fue detectado entre el resto de la gente, una adorable y amplia sonrisa se extendió en los labios del menor, mostrando sus dientes delanteros en todo su esplendor.
El mismo gesto se plasmó en el rostro del contrario.
—Disculpa la tardanza, hyung, tuve algunos problemas con la moto—Dijo, sentándose frente al mayor y dejando el casco a un lado de la mesa—¿Llevas mucho tiempo esperándome?
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fe(male) ◇YM◇
FanfictionJimin no creía poder llegar a entender porqué había nacido en un cuerpo equivocado. ◇Actualizaciones lentas ◇Contenido sexual ◇Temas delicados como transexualidad, acoso y religión ◇ TW transfobia, homofobia, descripción de ataques de pánico y ans...