Jimin se removió incómodo entre las sábanas de su cama.
No sabía como había llegado allí, tampoco a qué hora lo había hecho; en realidad, vagamente recordaba qué había ocurrido la noche anterior.
Se volteó, y tras esconder la cara contra la almohada, ahogó en ella un quejido de dolor.
La cabeza le daba vueltas.
Ni siquiera se atrevía a abrir los ojos por miedo a que aquello empeorase debido a la luz que se filtraba por sus cortinas, y que además, había sido la causante de despertarle antes de lo que hubiese querido.
Volteó al lado contrario, tratando de darle la espalda a la ventana para así volver a conciliar el sueño.
Pero le fue imposible; el dolor de cabeza no iba a permitir que volviese a dormir con tranquilidad.
Pesadamente, se estiró y se sentó en el colchón, sujetando su cabeza a la vez que mantenía los ojos cerrados.
Bostezó.
Se sentía inestable, no solo físicamente debido al entumecimiento de su cuerpo, sino también de manera emocional.
Y aquella sensación no le gustaba lo más mínimo.
Se arrastró fuera de la cama, y perezosamente entró en el baño dispuesto a darse una ducha fría que le despejase y se deshiciera de su molesto dolor de cabeza.
Quitó la camiseta que llevaba puesta sin tomar demasiada importancia de dónde la dejaba caer y se miró en el gran espejo que había sobre el lavabo.
Las vendas seguían oprimiendo su pecho; siquiera se había molestado en quitárselas cuando había vuelto a casa apenas unas horas atrás.
Miró su reflejo, y sin poder evitar sentir un nudo en el estómago, quitó poco a poco las vendas de su cuerpo.
Dejó salir el aire de sus pulmones, pero no supo si con alivio o molestia.
Las marcas de la tela estaban impresas en su piel junto con algún que otro pequeño moretón y un par de rozaduras; y Jimin pudo sentir como el simple contacto con el aire hacía que aquella parte de su torso doliera.
Y sintió ganas de romper a llorar.
Pero no lo hizo; y con manos temblorosas acarició su estrecha cintura y delineó los costados de su cuerpo, siguiendo con la curva de su cadera.
Agarró el elástico de sus pantalones, y tras un nuevo suspiro, los bajó levemente y dejó que se deslizaran por sus piernas junto con su ropa interior hasta llegar al suelo.
Quiso apartar su mirada del reflejo pero se obligó a no hacerlo.
Era como su propia terapia de choque.
Debía acostumbrarse a verse así, porque por mas que quisiera ser diferente, esa era la forma que Dios le había dado; a su imagen y semejanza.
Irónico.
Se pellizcó la pierna con fuerza cuando sintió la necesidad de agarrar unas tijeras y cortar nuevamente su pelo, que había crecido hasta comenzar a cubrir sus orejas; pero se contuvo.
Su madre no quería eso, y él debía dejar de ser un problema.
Por su propio bien.
Cansado, entró en la bañera y cerró la cortina tras él, dispuesto a arreglarse y despejarse lo máximo posible para asistir a la misa que había esa mañana.
Pero el nudo en su garganta no desaparecía con el agua que caía sobre su cuerpo; al igual que su dolor de cabeza, o las náuseas de su estómago, o las punzadas que sentía en la parte baja de su vientre.
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fe(male) ◇YM◇
FanfictionJimin no creía poder llegar a entender porqué había nacido en un cuerpo equivocado. ◇Actualizaciones lentas ◇Contenido sexual ◇Temas delicados como transexualidad, acoso y religión ◇ TW transfobia, homofobia, descripción de ataques de pánico y ans...