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El silencio reinaba en todo el apartamento.

Un silencio en el que cada pequeño sonido parecía un terrible estruendo.

Yoongi miraba a Jimin sumido en este, sentado frente a él sin poder evitar que su pierna derecha se moviese de manera inquieta por debajo de la mesa.

Sus orbes paseaban por el rostro cabizbajo del chico, descendiendo hasta la mesa y, en ocasiones, cuando su vista periférica era capaz de captarlo, sus ojos también volaban hacia el gato, que merodeaba por la sala alrededor de ellos buscando una atención que ya había conseguido robarle al azabache.

El chico frenó secamente el movimiento nervioso que su cuerpo tenía y estiró la pierna hacia adelante, hasta que su pie golpeó sin fuerza con una de las rodillas del menor.

Jimin levantó la mirada, todavía sosteniendo su cabeza con una de sus manos y apoyando el codo en la mesa; y con el ceño fruncido, preguntó en un fino hilo de voz:

—¿Qué?

La pregunta sonó algo ronca.

Yoongi se encogió de hombros.

—No entiendo esto—Dijo, bajando la mirada a su cuaderno durante un breve segundo.

El castaño se reincorporó, irguiéndose y enderezando la espalda a la par que extendía el brazo sobre el que se apoyaba, pidiendo de manera silenciosa el libro del mayor.

—¿Qué es lo que no entiendes?—Cuestionó, leyendo las preguntas que el contrario había señalado.

Yoongi se mordió el labio inferior, tratando de pensar una rápida excusa por la cual no comprendería alguno de los puntos que aparecían en aquella página que había estado mirando durante media hora sin entender absolutamente nada.

Quizás no había puesto el suficiente esfuerzo en memorizar las palabras.

Quizás nunca había terminado de comprender porqué los soviéticos y los estadounidenses habían ocupado y dividido un país que no les pertenecía después de la segunda guerra mundial, quitándoles la independencia por la que tanto habían luchado y dándoles a cambio una nueva guerra que les fragmentaría de por vida en lugar de unificarla tal y como pretendían.

Quizás había estado demasiado ocupado mirando estudiar a Jimin como para percatarse de que en realidad, el título que dictaba aquella página no era "La Guerra de Corea", sino "El fin del Imperio coreano".

—Lo de los rusos—Atinó a decir, recordando haber leído algo en algún momento donde se les mencionaba.

El castaño miró al libro, le miró a él y volvió a mirar al libro en silencio.

—¿Los rusos?

Yoongi asintió.

—Hyung, lo único que tienes que saber acerca de los rusos es que perdieron su influencia en el Imperio después de ser derrotados por Japón en la Guerra ruso-japonesa—Explicó, volviendo a apoyar el codo en la mesa y la mejilla en su puño mientras una suave sonrisa se dibujaba en sus voluminosos labios—No estabas estudiando, ¿cierto?

El mayor fingió ofenderse.

—¿Qué? Por supuesto que si—Aseguró, levantándose levemente para estirarse sobre la mesa y tomar su libro de vuelta, antes de volver a dejarse caer sobre la silla—Solo quería que tú me lo explicases porque me gusta mucho cómo suena tu voz cuando hablas de historia.

Y sin haber tenido aquello en mente ni haberlo visto venir, Jimin se encontró con las mejillas completamente rojas en cuestión de segundos.

—Eso es- Es una tontería—Dijo, acunando su propio rostro y bajando la mirada a su cuaderno ante la torcida y satisfecha sonrisa del contrario.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora