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Después de aquello, Jimin había estado ausentándose a la escuela durante tres días.

No quería encontrarse con Yoongi, porque sentía que el chico le odiaría por lo que hizo; o mejor dicho, por lo que le pidió que hiciera.

Porque, en cierto punto, sentía que aquello había pasado por su culpa.

Tampoco quería tener que ver a Hoseok; porque no se sentía con fuerzas para tener que aguantar algo que el chico dijese o hiciese.

Era completamente vulnerable, mas que de costumbre.

Y mucho menos se sentía cómodo asistiendo al instituto en su estado, cuando su cuerpo sangraba, haciendo que se sintiera débil y sucio, y emocionalmente inestable.

De hecho, había sido bastante conveniente que su madre pensase que había enfermado; y ante ello, había tomado aquella oportunidad de quedarse en casa con todas sus fuerzas.

Y durante esos días había vivido recluído en su habitación, saliéndo únicamente para comer algo.

No se sentía bien; y por si su estado biológico no fuera suficiente, el recuerdo de aquella noche no hacía mas que repetirse una y otra vez en su cabeza, haciéndole sentir completamente despreciable.

Había llegado a lavar sus dientes con tal fuerza e insistencia que sus encías habían acabado sangrando.

Pero la sensación de arrepentimiento seguía en él, y no podía deshacerse de ella por más que lo intentase.

Porque sabía que lo que habían hecho estaba mal.

Durante dos días su única compañía había sido él mismo; al tercero, su madre había invitado a Jungkook para que cuidase de él cuando saliese de clases, para que así, su amada hija no pasase la tarde completamente sola de nuevo.

Y Jimin, lejos de alegrarse de tener algo de compañía, había mantenido las distancias con el chico.

De hecho, había tenido que reprimir sus ganas de abrazarse a él cuando, inocente e infantilmente, el chico le había preguntado si lo que necesitaba era un abrazo; porque sabía que si lo hacía, acabaría llorando.

Y conocía lo suficiente a Jungkook para saber que le ofrecería ciegamente su ayuda.

Pero nadie podía ayudarle con lo que sentía.

Al cuarto día había vuelto a asistir al instituto, porque no podía permitirse el lujo de seguir perdiendo clases.

Y a la hora de la comida, no había podido aguantarlo más.

—¿Qué es?—Preguntó Jimin de la nada, sentado frente a Taehyung.

—¿Qué es, qué?—Inquirió el mas alto.

El mayor sonrió levemente de forma falsa.

—Tae, sé que llevas toda la mañana queriendo preguntar algo; eres muy obvio.

—¿Quién fue?

—¿Quién fue?—Repitió confuso, Jimin.

—El beso—Aclaró el menor mientras masticaba, sintiendo como su novia golpeaba con suavidad su pierna debido a su indiscreción—Dijiste que no fue con Jungkook, y desde que me llamaste el domingo no he podido parar de darle vueltas al asunto.

Jimin suspiró, sin poder evitar mirar alrededor inconscientemente.

—¿Por qué te interesa tanto?—Inquirió bajando levemente el tono de su voz, algo cohibido.

El menor se encogió de hombros.

—Parecías bastante afectado cuando me llamaste. Iba a preguntarte el lunes, pero has estado faltando durante casi toda la semana. ¿Estas bien?

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora