66

2.4K 364 277
                                    

Nada transcurrió como debería haberlo hecho.

Jimin esperaba gritos, esperaba golpes, e incluso esperaba haber sido echado de casa.

Pero, ¿cuando su madre volvió casi una hora después? 

Entonces no pasó nada; absolutamente nada.

Y todo transcurrió con la mas inquietante normalidad.

Steve no le golpeó cuando llegó a casa aquella noche, tampoco lo hizo a la mañana siguiente, ni esa misma tarde; ni siquiera veinticuatro horas después de aquel fatídico suceso.

Haneul tampoco lo hizo.

Absolutamente nada; literalmente.

Y es que, un día y medio después de aquello, su madre no le había dirigido la palabra en ningún momento; y lo cierto era, que ese hecho no le tranquilizaba especialmente.

Había algo en aquello que no terminaba de darle buena espina.

—Jimin, ¿te pasa algo?—Preguntó Yoongi de la nada, resonando mágicamente sobre el barullo constante de la cafetería escolar y haciendo que el susodicho volcase repentinamente toda su atención en él.

—No—Contestó, mintiendo descaradamente y encogiéndose de hombros antes de volver a mirar su bandeja de comida.

—¿Estás seguro? Es que, no sé... Ayer estabas muy callado y... hoy estás igual.

Yoongi todavía no sabía nada de lo que había pasado casi dos días atrás entre el castaño y su madre.

¿Por qué?

Jimin ni siquiera lo sabía, pero sentía que aquello solo sería una carga y una preocupación más para su novio; y aunque esa era una de las cosas que el psicólogo le recomendó evitar hacer, trató de guardárselo dentro y actuar con normalidad.

Algo que, evidentemente, no parecía estar consiguiendo.

—Hyung, de verdad qu-

—Vaya, vaya; pero mira a quién tenemos aquí—Interrumpió una voz a sus espaldas—Si son mis dos chupapollas favoritos.

El cuerpo de Jimin se tensó al sentir las manos de Hoseok apoyarse sobre sus hombros, y una sensación estremecedora le recorrió de arriba a abajo al escuchar la sonrisa en su tono.

Quiso mirar a Yoongi, pero antes de lograrlo, sus ojos hicieron contacto visual con los de alguien mucho más alto parado detrás de él.

Era Namjoon, que ahora tomaba siento junto al azabache.

—¿Qué coño quieres, Hoseok?—Preguntó este último.

—De ti nada, Yoongi—Pronunció, imitando el duro tono que el susodicho había empleado para dirigirse a él—Pero me temo que voy a tener que llevarme a tu encantadora compañía. Prometo que solo serán unos minutos, pero necesito hablar a solas con él.

El tono calmado y suave del chico resultaban demasiado inquietantes; y tras una fugaz mirada a los ojos de su novio, supo que él pensaba lo mismo.

—Ni de coña.

Hoseok se encogió de hombros de manera despreocupada.

—No te he pedido permiso para hacerlo—Dijo, jalando con fuerza de uno de los brazos de Jimin para hacer que se pusiera en pie; cosa que logró sin demasiado esfuerzo.

—Suéltale—Demandó Yoongi tratando de mantener la calma y no montar una escena en la cafetería escolar.

—¿Qué pasa? ¿No sabes hablar por ti mismo?—Le preguntó al castaño.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora