fe(male) ◇YM◇

14

Quizás aquello era una completa estupidez, pero Jimin no había sido realmente consciente de lo que estaba haciendo hasta que había estado a unas escasas cuadradas de llegar al edificio en el que vivía Yoongi. 

No iba a mentirse a sí mismo.

Estaba preocupado; mas aun después de escuchar las palabras que Jin había dicho días atrás.

No había podido dejar de dar vueltas a ello en el interior de su cabeza desde entonces.

Por amor a Dios, incluso se le dificultaba dormir por las noches al ver como día a día sus mensajes eran ignorados por Yoongi.

No quería sentir que dependía del chico; pero debía admitir que estaba realmente preocupado por el estado de ambos.

Porque Youngmi tampoco salía de sus pensamientos.

Y cuando divisó en la distancia el bloque de pisos en que el mayor vivía, no pudo evitar agradecer mentalmente a Jungkook por encubrirle aquella noche sin hacer una sola pregunta al respecto.

Jimin aceleró su paso cuando vio a un hombre trajeado salir del edificio, y entró antes de que la puerta se cerrara por completo.

Subió despacio por las escaleras, tratando de no pasarse la planta en la que vivía Yoongi, y una vez llegó, se acercó tímidamente a la puerta, indeciso de si debía llamar a ella.

No quería molestar, y sabía que probablemente aquello fuese lo único que iba a hacer allí a esas horas.

Suspiró profundamente y alzó la mano para tocar a la puerta.

Retrocedió un par de pasos cuando lo hizo y esperó pacientemente hasta que escuchó los pasos de alguien acercándose al otro lado.

—Jimin—Murmuró Yoongi algo sorprendido cuando vio al muchacho parado en mitad del pasillo.

El menor se limitó a saludar tímidamente con la mano y con una pequeña sonrisa.

—Siento molestar, yo... Estaba preocupado—Confesó bajando la mirada—¿Estás bien?

Yoongi se encongió de hombros, restándole importancia.

—Si.

—¿Cómo está tu madre?

—Bien—Contestó por inercia.

Jimin asintió levemente y mordió su labio inferior a la par que miraba a ambos lados del pasillo.

—¿Puedo pasar?—Preguntó tras unos segundos de total silencio entre ambos, que estaban comenzando a resultar algo incómodos.

Yoongi miró al interior del piso unos escasos segundos, casi sin darse cuenta de ello.

—Jimin, yo... no creo que sea buena idea, ¿sabes?—Dijo apenado.

—Claro, hyung, lo entiendo—Se apresuró a responder—No te preocupes.

El mayor sonrió con agradecimiento.

—¿Yoongi?—Se escuchó débilmente desde el interior del apartamento.

—Yo... tengo que...

Jimin asintió, y el contrario hizo el amago de volver al interior de la casa.

—Hyung—Le detuvo, bajando la mirada al ramo de tulipanes amarillos que tenía entre sus manos—¿Podrías...?

El mayor asintió entendiendo lo que el chico quería decir, y agarró las flores antes de adentrarse finalmente al apartamento, murmurando antes de hacerlo un suave y sincero "lo siento" cargado de culpabilidad.