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—Siguiente—Llamó la mujer que había tras el mostrador con voz monótona.

Jimin se acercó impaciente hasta ella, sintiendo sus piernas temblar y amenazar con dejar de sostener su cuerpo a medida que acortaba la distancia.

Los nervios le carcomían, y sus labios sangraban por culpa de haberlos estado mordiendo con ansiedad.

—E-estoy buscando a alguien. N-no estoy seguro de que esté en este hospital p-pero sé que la han tratado aquí.

La recepcionista le miró enarcando una de sus cejas con incredulidad.

—Déjame ver si lo he entendido—Dijo con tono condescendiente—¿No sabes si la persona a la que buscas está aquí?

El chico negó.

—No, p-pero...—Sentía tanta ansiedad por la situación que apenas podía pronunciar claramente las palabras, y eso le hacía sentirse aun mas frustrado—Sé que ha sido tratada aquí otras veces. S-se llama Youngmi.

—¿Familiar?

—¿Disculpe?—Preguntó genuínamente confuso.

Estaba tan nervioso que siquiera podía prestar atención a lo que la mujer decía; su mente se encontraba totalmente dispersa y alejada de allí.

—¿Es usted familiar?

—Y-yo... No.

—Entonces me temo que no puedo darle información al respecto de nuestros pacientes.

—¿Ella está aquí?

—Escucha, chico—Habló, dejando a un lado su falsa amabilidad—Ni siquiera me has dicho su nombre completo. Dudo mucho que sea la única Youngmi ingresada aquí; y aunque lo fuera, no podría decírtelo.

—T-tiene lupus. ¿Puede mirar si-

—No puedo ayudarte. Siguiente.

—Por favor—Suplicó sin moverse del sitio—Tengo que verla.

La recepcionista guardó silencio.

—Esa mujer es mas madre para mi que mi propia madre. Tiene que ayudarme. Se lo ruego.

—Lo siento—Dijo, y en su voz monótona y aburrida Jimin creyó poder apreciar cierta empatía—Siguiente.

Se dio por vencido esa segunda vez, rindiéndose y dirigiéndose abatido hacia la entrada.

La ansiedad y la incertidumbre le carcomían por dentro, y ni siquiera podía contactar con Yoongi para saber si realmente se encontraban allí porque su móvil seguía apagado.

Lágrimas de frustración llenaron sus orbes; y sin saber exactamente adónde mirar para evadir los ojos del resto de personas que había frente a él, atravesó la abarrotada recepción del hospital.

Necesitaba saber algo de Yoongi; saber que estaba bien, o que nada grave le había pasado a su madre.

Pero seguía sin tener ni rastro de él, y la incertidumbre le estaba volviendo loco.

Parpadeó repetidas veces para librarse inútilmente de las lágrimas que nublan su vista, y alargó uno de sus brazos para empujar la pesada puerta acristalada de la entraba.

Y antes de que la punta de sus dedos llegase a rozar el cristal, un fuerte agarre en su muñeca le detuvo en seco.

Se quedó estático, casi paralizado por la sorpresa; y no fue hasta que escuchó una voz conocida a sus espaldas, que finalmente volteó.

—¿Jimin?—Preguntaron de manera rota.

El susodicho giró al instante, encarando al mayor y abalanzándose a rodear fuertemente su cuello en un desesperado abrazo.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora