fe(male) ◇YM◇

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"Te lo has pensado ya?"

Releyó nuevamente su mensaje sin respuesta.

Sabía de sobra lo que Jimin iba a contestarle: que todavía no; llevaba diciendo lo mismo desde hacía algo más de una semana, y el azabache comenzaba a perder levemente la paciencia.

No quería presionar al chico porque sabía que aquella decisión no debía ser precisamente fácil de tomar, pero por otro lado, había algo dentro de él que necesitaba ayudar al castaño con eso; y en ocasiones, ese lado preocupado por el menor ganaba a su lado paciente y comprensivo.

Por eso no se sorprendió cuando sus dedos comenzaron a teclear un nuevo mensaje para el chico; sin embargo, que una llamada de su parte apareciese en su pantalla justo en ese preciso momento, si le tomó por sorpresa.

—Eres un pesado de cuidado, ¿lo sabías?

—Hola a ti también, cariño—Saludó divertido—Ya extrañaba el sonido de tu dulce voz.

El silencio se hizo presente al otro lado de la línea durante unos segundos.

—¿Cómo me has llamado?—Preguntó con suavidad.

—Cariño. Cielo. Mi ángel. La luz de mi vida. Amor mío.

—Ah, hyung... para—Escuchó hablar al otro con voz quejumbrosa; y aunque sabía que Jimin trató de ocultarlo, también pudo oír una suave y avergonzada risa de su parte.

Y Yoongi mordió su labio inferior mientras se dejaba caer en la cama, tratando de contener una sonrisa al imaginar las mejillas sonrosadas del menor.

—Deberíamos usar esos nombres mas a menudo, ¿no crees, caramelito?—Siguió molestando.

—Dios, no. Lo odio—Se quejó nuevamente—Te odio.

—Sé que no es cierto. Sé que me adoras.

Jimin rió, y el azabache no pudo evitar cerrar los ojos ante aquel gesto, como si tratase de grabar en su cabeza el sonido de la risa de su novio, sintiendo una sensación cálida abrazar su corazón.

—Tal vez lo haga...

Una suave risa nasal emergió entonces de Yoongi, que tumbado sobre la cama miraba el techo, volviendo a tener su labio inferior atrapado suavemente entre sus dientes.

El silencio se hizo nuevamente presente entre ellos, y tras tomar una profunda bocanada de aire y soltarlo en un pesado suspiro, el mayor chasqueó la lengua disponiéndose a hablar.

—Jimin, no has- no has respondido mi mensaje.

Un nuevo suspiro se escuchó a través de la línea, esta vez, proveniente del otro lado.

—Todavía no lo se, hyung, yo... Sigo pensando que no es una buena idea.

—¿A qué le tienes tanto miedo?

Jimin guardó silencio durante unos segundos.

—¿Quieres que sea plenamente sincero?

El azabache asintió con un sonido proveniente de su garganta; y durante un nuevo par de segundos, el menor se mantuvo callado.

—Me da miedo que me digan que he estado equivocado durante toda mi vida—Confesó—Te juro que no eres capaz de hacerte a la idea de lo mucho que me costó asimilar lo que soy, y el solo hecho de pensar que podrían decirme que en realidad estoy equivocado después de eso... Hyung, realmente eso me aterra.

—No creo que vayas a estar equivocado con algo como esto, Jimin.

El susodicho rió con tristeza.