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Yoongi se dejó caer en el incómodo sillón de aquella habitación de hospital, dejando que su propio peso hiciera a su cabeza caer hacia atrás a la par que cerraba los ojos y suspiraba con pesadez.

Llevó ambas manos a su cara, cubriendo totalmente su rostro para, acto seguido, frotarlo con frustración.

Suspiró de nuevo; y tras morder inconscientemente las uñas de una de sus manos, miró a su madre de soslayo.

Youngmi dormía plácidamente junto a él, pero Yoongi sabía mas que de sobra que su madre estaba en ese estado por toda la medicación que los médicos se habían asegurado de meter en su cuerpo.

Volvió a suspirar, y tras sorberse la nariz agarró con suavidad la mano de su madre.

—Mamá...—Murmuró, aun a sabiendas de que la mujer no iba a despertarse con su débil llamado—La he cagado, ¿sabes?

Sonrió con tristeza.

—Me he portado como un capullo y no sé como arreglarlo—Musitó con un hilo de voz, acariciando el dorso de la mano de Youngmi con su pulgar—¿Alguna vez... ¿Alguna vez has actuado impulsada por instinto y sin pensar en las consecuencias?

El chico guardó silencio después de su pregunta, formulada a pesar de conocer que la respuesta sería un claro y rotundo si, porque ¿quien no había actuado de ese modo alguna vez?

La blanca habitación se sumió en el mismo silencio tenso que emanaba de Yoongi, quien sonrió levemente de lado con un deje de tristeza.

—Constantemente me dices que mi corazón está lleno de amor y de... pureza y toda esa mierda—Dijo, momentos antes de que su sonrisa se desvaneciese en cuestión de segundos—Pero mamá... le he hecho tanto daño a alguien...—Pronunció.

Y segundos después de hacerlo apoyó su frente contra el colchón de la camilla, parpadeando repetidas veces para ahuyentar las lágrimas.

Se sentía culpable, horriblemente culpable.

—Y...—Guardó silencio, tragando el nudo que comenzaba a formarse en su garganta—Y me arrepiento muchísimo...

Yoongi volvió a callar, dejando que la habitación se inundase del único ruido producido por la lenta respiración que salía de entre los labios pálidos de su madre, y los leves pitidos que emitía la maquina que controlaba sus constantes.

—Quiero arreglarlo pero no sé cómo—Dijo con la voz ahogada, tragando pesadamente acto seguido—Mamá, le quiero; le quiero mucho.

El azabache levantó la cabeza, apoyando la barbilla sobre la cama y dirigiendo su mirada hacia el cuerpo de la mujer, quien aún dormía plácidamente, con los labios entreabiertos y un fino tubo de oxígeno adentrándose levemente en su nariz.

—Tu lo sabías, ¿verdad?—Preguntó con una suave sonrisa y los ojos ciertamente nublados por lágrimas—Lo vi en la forma en que me mirabas cuando vino a cenar a casa en navidad; cómo nos mirabas cuando estábamos juntos. Tu sabías que acabaría enamorándome de él—Hizo una leve pausa, mordiendo su labio inferior y volviendo a bajar la cabeza—Creo que por eso ahora tengo tanto miedo. Sé que... sé que nada de todo esto ha debido ser fácil para él, pero...  Es como si ahora sintiera que...—Suspiró—Me siento dolido; y... y por otro lado también estoy aterrado de perderle por lo que he hecho. 

Guardó silencio de manera súbita, sorbiendo nuevamente su nariz y sintiendo cómo su cabeza daba mil vueltas sin saber exactamente como expresar lo que sentía.

Era un manojo de emociones contradictorias entre sí.

—Jimin ha confiado en mi; y- y- y no estoy molesto—Dijo tartamudeando levemente, y gesticulando con torpeza con su mano libre, aún con la cabeza gacha—Lo que me ha contado no me importa, quiero decir, no más de lo que debería; osea... Yo no tengo ningún problema con que él sea... trans. Creo que lo que me molesta es que haya tardado tanto en decírmelo—Acabó murmurando tras casi otro minuto de silencio—Me hace pensar que no le he brindado la confianza suficiente, yo-

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora