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Jimin quería apartar su mirada de los ojos del contrario.

Los orbes negros del chico le observaban con intensidad, casi buscando intimidarle, con un brillo oscuro que hacía al castaño sentirse cada vez más y más pequeño ante él; y aunque quería voltear el rostro e ignorar la mirada del más alto, algo dentro de si mismo se obligaba a mantener la conexión entre sus ojos.

Y para esos momentos, la sensación comenzaba a ser ciertamente agobiante; había llegado un punto en que sus oídos habían comenzado a bloquear el barullo de la cafetería del instituto, para centrarse en los latidos ensordecedores de su propio corazón.

Por ello, agradeció internamente que Yoongi tomase asiento frente a él, evitando así que desde su perspectiva pudiese seguir recibiendo la intensa mirada de Namjoon.

—Sé que tienes mi camiseta—Dijo el azabache tan pronto como tomó asiento.

Y si bien aquella había sido una clara acusación, Jimin no pudo evitar sonreír suavemente al volver a ser consciente de ese hecho.

"—¿No te basta con haberme quitado esa sudadera, que ahora también quieres quitarme otra cosa y usarla para dormir?—Había preguntado el sábado anterior, señalando la prenda también suya, con la que su novio había llegado vestido a su apartamento.

Jimin había sonreído con inocencia, poniendo ojos de cachorro abandonado y haciendo un puchero segundos después.

—¿No vas a dejarme usar algo tuyo para dormir?

El azabache había dejado salir entonces un largo suspiro excesivamente dramático.

—Sería un novio horrible si no lo hiciera, ¿verdad?—Preguntó divertido a la vez que abría el armario de par en par.

—Serías un novio pésimo—Había bromeado.

Una extraña mueca de molestia había deformado el rostro de Yoongi, sacando carcajadas al menor que rápidamente habían acabado pasando también a él en forma de una risa casi silenciosa.

—Puedes usar lo que quieras; pero prohibido robarme más ropa, ¿de acuerdo? Acabarás vaciando mi armario a este paso."

Si, Jimin se había llevado la prenda; y en cierto modo le divertía pensar que el mayor ya no podría ponerse aquella camiseta excesivamente grande con la que recientemente parecía estar obsesionado.

Al menos no por el momento.

Pero por otro lado, había hecho caso a las palabras del chico; teóricamente hablando no le había quitado más ropa, solo había intercambiado su sudadera por la camiseta.

—Prometiste devolverla pero te la llevaste puesta, y lo gracioso es que no me había dado cuenta de eso hasta que he estado en clase de matemáticas—Dijo, segundos antes de meter algo del arroz de su bandeja en su boca.

El castaño río divertido, imitando su acción y preguntando una vez hubo tragado la comida:

—¿Por qué en clase de matemáticas?

El mayor se encogió de hombros ante el rostro curioso del contrario.

—No lo sé. Las matemáticas me aburren y supongo que dentro de mi cabeza una cosa ha llevado a la otra y he acabado pensando en ti—Habló, causando que el rubor tiñese las mejillas del más bajo—Me pasa más de lo que crees—Añadió con una sonrisa levemente torcida.

Lo hacia adrede, Jimin era consciente de ello; se notaba a leguas lo mucho que el azabache disfrutaba de ver como su rostro se sonrojaba.

—¿Debería tomarme eso como que no puedes dejar de pensar en mi?—Cuestionó, con un tono entre divertido y ciertamente desafiante.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora