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Todo estaba sumido en la oscuridad.

Era una oscuridad densa, pesada, tan profunda que impedía ver las paredes de aquella habitación, dándole así un aspecto infinito.

Y entre toda aquella negrura, solo era perceptible un ligero siseo, acompañado del reptar de una serpiente.

Jimin era prácticamente incapaz de ver algo, y se encontraba completamente solo, rodeado de la mismísima nada, sintiendo como la piel escamosa de aquel reptil se paseaba por el suelo rodeando de cerca su cuerpo.

Caminaba descalzo y sin rumbo, tratando de hallar la forma de salir de allí; pero por mas que andase en línea recta, las paredes no parecían estar en ningún lado.

—Jimin—Escuchó a sus espaldas.

Volteó rápidamente, tratando de buscar al propietario de la voz.

—¿Yoongi?

—Jimin...

Sin pensarlo, comenzó a correr en la dirección en la que el sonido provenía; apenas era capaz de ver hacia donde se dirigía, pero podía sentir como algo reptaba tras él, siguiéndole de cerca.

—Jimin.

Frenó en seco, confundido, volteando en todas direcciones al haber escuchado aquella otra voz.

—¿Mamá? ¡Mamá!—Llamó, y su voz se volvió un lejano eco que no obtuvo respuesta.

Y mientras giraba sobre si mismo, tratando de encontrar el lugar proveniente de aquellos llamados, divisó una persona no muy lejos de su posición, mágicamente iluminada con tenuidad en mitad de toda aquella oscuridad.

—Jimin...

"Yoongi", se dijo a sí mismo; y comenzó a correr de nuevo hacia él, percatándose de que el chico también avanzaba en su dirección.

Corrió, con los pies descalzos sobre aquellas losetas de mármol tan negro que eran prácticamente un espejo; y conforme se acercaba al mayor, la luz que emanaba de él comenzaba a golpear también su rostro.

Frenó repentínamente, y sus manos golpearon secamente con un frío cristal.

Con la respiración entrecortada, levantó la mirada; y un escalofrío recorrió su cuerpo de arriba a abajo al observarse a sí mismo frente a  él, pero su torso desnudo era diferente, su cuerpo era masculino.

Un espejo, durante todo ese tiempo había estado corriendo hacia un espejo.

—¿Y-yoongi?—Preguntó con miedo, de manera prácticamente inaudible.

Su cuerpo se tensó, y tras escuchar un siseo junto a su nuca, pudo sentir perfectamente como una mano acariciaba delicadamente la piel desnuda de su espina dorsal con uno de sus dedos.

Volteó, y en el momento en que lo hizo las manos de Yoongi se situaron en sus mejillas, atrayéndole a su rostro para besarlo vorázmente.

Jimin rodeó el cuello del más alto con sus brazos, y siguió el ritmo rápido de aquel beso.

Era desesperado y hambriento, y ambos se saciaban satisfechos de los labios del otro.

La serpiente se escuchaba cada vez más y más cerca de ambos, y acompañadas de sus siseos, Jimin era capaz de distinguir oraciones sobre el pecado ser murmuradas desde algún punto lejano de aquella habitación infinita.

Algo comenzó a rodear su pierna, atrayéndole al cuerpo de Yoongi; y por la sensación escamosa, supo que la serpiente estaba trepando sobre ellos.

Rodeó su cintura, y Jimin fue consciente de como el animal parecía estar atándole al cuerpo del contrario; pero por algún motivo que no comprendía, aquello le daba completamente igual.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora