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Inesperadamente para Jimin, Jungkook y él se habían hecho realmente cercanos en el transcurso de apenas un par de semanas.

Ambos compartían mas gustos y opiniones de lo que el mayor jamás habría pensado que harían; y al conocer mas personalmente al chico, se había dado cuenta de que no era el muchacho estirado que aparentaba ser frente a sus tíos.

Casualmente, esa misma tarde, el mas alto se había ofrecido caballerosamente a recogerle de casa y llevarle a malgastar aquella aburrida tarde de vacaciones en el centro.

Y ante la tentadora oferta de escapar de casa, Jimin no había podido negarse.

Ambos habían estado caminando de un lugar a otro, entrando de tienda en tienda, y comprando alguna que otra cosa hasta que había comenzado a nevar de manera inesperada.

Corriendo levemente entre risas, se habían refugiado en una cafetería cercana y se habían sentado cómodamente allí con un chocolate caliente entre sus manos, disfrutando de la calidez y tranquilidad que aquel local prácticamente vacío les brindaba.

—Jungkook—Dijo Jimin—¿Podría preguntarte algo?

El menor asintió.

—¿Por qué vives con tus tíos?—Indagó, sintiendo una repentina curiosidad por ello.

El chico sonrió.

—Trasladaron a mi padre a Busan; fue la segunda vez que lo hacían, venir aquí fue su primer traslado—Explicó—Supongo que mis padres pensaron que no sería bueno para mí sacarme de Seoul y obligarme a comenzar de cero, así que aprovechando que era lo suficientemente independiente, mis tíos decidieron acogerme en su casa.

—Ojalá nunca hubieran trasladado a Steve a aquí—Murmuró Jimin casi inconscientemente, expresando aquel pensamiento en voz alta, mientras miraba absorto por la ventana como la nieve caía y se amontonaba en el suelo.

—Oh, vamos, Jimin; no digas eso, el señor Stan no parece mala gente.

El mayor se encogió de hombros y volvió a mirar hacia él.

—No es eso—Hizo una pausa—Es... complicado.

Jungkook alzó una ceja, inquisitivo.

—No es nada; olvídalo—Respondió Jimin con una ligera sonrisa fingida antes de beber de la humeante taza que había frente a él.

El otro chico imitó su gesto y posteriormente, volteó un poco la cabeza para mirar por la misma ventana por la que miraba el contrario.

Tras unos minutos de silencio, el cuerpo de Jimin se tensó repentinamente, y la sonrisa de tranquilidad que adornaba sus labios se esfumó en cuestión de segundos.

Aquello no pasó desapercibido para Jungkook, y siguiendo la mirada del chico, hizo amago de voltearse en dirección a la barra para saber qué o quién había sido el causante de aquella reacción en él.

—No te des la vuelta—Le detuvo el mayor bajando levemente la cabeza, mirando su taza como si no hubiese cosa más interesante que hacer.

—¿Qué?—Preguntó confundido—¿Por qué?

Pero Jimin no respondió, volvió a mirar tras el cuerpo de Jungkook y desvió rápidamente la mirada, agarrando con una de sus manos el lazo que caía sobre su hombro, y jugueteando con él nerviosamente.

—Di algo—Murmuró entre dientes.

—¿Que diga qué?

—Por el amor de Dios, Jungkook; dime algo, lo que sea, cualquier cosa—Pidió perdiendo los nervios.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora