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Las manos de Namjoon sujetaban con fuerza su cadera, manteniéndole firme en su sitio para, acto seguido, comenzar a desabrochar los botones de su camisa.

Los movimientos de sus manos sobre la tela de su ropa eran frenéticos, y antes siquiera de que Jimin pudiese ser consciente de ello, una de sus manos se encontraba dentro de sus pantalones, rozando su entrepierna por encima de la ropa interior que llevaba.

El castaño llevó sus manos al brazo del contrario, removiéndose incómodo entre su agarre y tratando de sacar su mano de ahí; pero por desgracia sus esfuerzos eran inútiles, igual que el que hacían sus pulmones para respirar con normalidad.

Un sollozo escapó de los labios del menor, transformándose en un grito de angustia cuando sintió como el mas alto hacía a un lado la tela de su ropa interior para, finalmente, rozar su feminidad con los dedos; presionando en su entrada mientras que besaba húmedamente su cuello.

—Suéltame—Suplicó entre dientes, empujando los hombros de Namjoon para alejarlo de su cuerpo.

Pero era como si careciese de fuerza en aquellos momentos; como si, por mucho que tratase de resistirse, aquello fuese a ocurrir irremediablemente.

—¡Suéltame!—Gritó desesperado cuando sintió los dedos del mayor presionar con mas fuerza.

Y este, lejos de obedecerle, sacó la mano de sus pantalones solo para entonces voltear su cuerpo, haciendo que su torso quedase pegado contra la pared mientras que su espalda era apresada por el cuerpo del contrario.

Jimin cerró los ojos con fuerza, reteniendo las lágrimas y tratando de evadirse de aquel momento, sintiendo como sus caderas eran nuevamente sujetas y cómo la entrepierna del mayor se pegaba contra su trasero.

Una de sus manos fue instintivamente a la pared de azulejos, tratando de impulsarse levemente para tomar algo de distancia con ella y así, poder tratar de librarse del cuerpo que le mantenía atrapado; pero tan pronto como Namjoon captó su movimiento agarró sus muñecas con una de sus manos, inmovilizándole mientras con la mano que tenía libre tiraba de la parte trasera de los pantalones de Jimin, tratando de bajarlos levemente.

—No me toques, ¡no me toques!—Gritó desesperado, luchando contra el agarre del mayor—¡Suéltame!

Y con ese último grito, un agitado Jimin despertó con la respiración acelerada entre las sábanas revueltas de su cama.

Sentado en el colchón miró a su alrededor; y tras percatarse de que aquello no había sido mas que una pesadilla, retiró el pelo húmedo que se pegaba a su frente debido al sudor que perlaba su piel.

Mojó sus labios con ayuda de su lengua, sintiendo la boca horríblemente seca; y tras esperar un par de minutos tratando de calmarse, finalmente pudo regular su acelerada respiración.

Con un suspiro, volteó levemente hacia la mesilla, agarrando de ella su teléfono móvil; eran poco mas de las siete de la tarde, y además de un par de mensajes de Taehyung, una llamada de Jin adornaba su pantalla principal.

Con el ceño fruncido desbloqueó el aparato, leyendo por encima un nuevo mensaje entrante de este último que decía: "lo tengo".

Pero en lugar de contestar o devolverle la llamada al chico de la ceja perforada, sus dedos deslizaron hacia abajo en su lista de contactos, marcando el número de otra persona y dejándose caer de vuelta a la cama, con el aparato pegado a la oreja mientras escuchaba los pitidos del interfono.

¿Hola?—Escuchó, pero en lugar de responder en ese mismo momento se limitó a suspirar con pesadez.

—Jungkook...—Se limitó a decir.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora