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Semana y media.

Semana y media fue lo que tardó en llegar el día de su cita con el psicólogo.

Diez días en los que se estuvo arrepintiendo de haber tomado aquella decisión.

¿Había sido demasiado impulsivo?

No, desde luego que no, pero... y si...

Dudas como aquella no abandonaron su cabeza en ningún momento durante esos diez largos días.

Días en los que, o estaba totalmente convencido de su decisión, o se replanteaba si en realidad aquello era lo correcto.

Por supuesto que era lo correcto.

Porque lo era, ¿no?

Y finalmente, después de una semana y media, allí estaba, parado frente a la puerta de madera de un despacho sobre la que podía leer inscrito en una placa dorada:

Dr. Kim Soo-Jeon. Psicólogo.

Supo entonces sin lugar a dudas que era lo correcto.

Y cuando Yoongi apretó su mano, tuvo la certeza de que todo estaría bien aun después de cruzar aquel umbral.

Su cuerpo temblaba ligeramente, pero armándose de valor llamó con firmeza a la puerta, golpeando con decisión sus nudillos contra esta.

Ambos chicos pudieron escuchar pasos acercándose, y apenas un par de segundos después, una cara conocida apareció frente a ellos.

Jimin debía haberlo imaginado o deducido de algún modo, pero por el contrario, la dulce sonrisa de Jin le tomó por sorpresa.

—Me alegra verte por aquí—Le dijo este al castaño, tendiendo una de sus manos en su dirección y esperando que este chocase su palma contra la suya a modo de saludo, tal y como había hecho con Yoongi previamente.

El menor sonrió con cortesía, obligándose a contener las horribles ganas de dar media vuelta y marcharse de allí que consumían su cuerpo.

Y tuvo que tragarse todo aquello sonriendo aun mas ampliamente cuando el chico tatuado les invitó a entrar.

Se adentró lentamente en la pequeña consulta, seguido de cerca del azabache, que le guiaba al interior empujando suavemente con una de sus manos en su espalda baja; y tras un gesto amable de Jin, tomó asiento en uno de los sillones de la sala de espera.

—Voy a necesitar que rellenes estos documentos—Dijo el rubio teniéndole un par de hojas de impresos y un bolígrafo.

El chico estaba convencido de que Yoongi iba a dejarse caer exactamente junto a él, por ello se sorprendió cuando hizo un leve gesto con su cabeza en dirección al contrario y ambos se alejaron del menor para comenzar a hablar de algo.

Jimin fingió no prestar atención mientras completaba los huecos en blanco que había en los papeles, pero sus ojos se desviaban constantemente en dirección al mayor y a su amigo tatuado, permitiéndole ver cómo este último tendía las llaves de la tienda de música al contrario y cómo negaba después de que este dijese algo juntando las manos frente su pecho como si le estuviese rogando.

Apartó la mirada rápidamente cuando el azabache miró sobre su hombro y sus ojos se encontraron con los suyos, pero volvió a dirigirlos a su cuerpo tras escuchar nuevamente el tintineo de las llaves, pudiendo observar como Yoongi las guardaba en el bolsillo de sus pantalones con un gesto algo molesto.

No apartó la mirada esta vez.

Y algo confuso, observó al muchacho acercarse a él pero no llegar a sentarse a su lado; y aquello claramente le desconcertó.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora