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"¿Podrías ir al centro a recoger tu vestido para el domingo?" Le había preguntado su madre desde la cocina en el mismo segundo en el que había cerrado la puerta tras él.

Obviamente, no había sido capaz de negarse.

Había dejado la mochila de clases en su habitación y había salido en dirección a la boca de metro mas cercana sin siquiera perder tiempo en quitarse el uniforme escolar.

Había caminado por todo el centro de Seoul con aquella falda tan ridículamente corta, sintiéndose totalmente expuesto y avergonzado.

No era como si nunca hubiese llevado vestido; era que los que su madre se encargaba de comprar le llegaban por encima de la rodilla, no como aquel estúpido uniforme, que con suerte cubría por completo su trasero.

Entró al metro, dispuesto a volver a casa antes de que anocheciera por completo, cargando un par de bolsas negras con él y tratando de sujetar la tela de su falda para evitar que se elevara por el suave viento que había.

Aquella situación era ridícula.

Ridícula para él, claro, porque para el resto de gente no era mas una chica cualquiera.

Una chica que había ido de compras después de su jornada escolar.

Una chica con el pelo realmente corto pero adornado por una cinta rosada que caía sobre uno de sus hombros, y que le daba el toque femenino que le faltaba a sus, sutilmente maquilladas, andróginas facciones.

Una chica, corriente, como cualquiera de las otras.

Aquello no estaba siquiera cercano a la auténtica realidad.

Esperó de pie pacientemente en el andén del metro a la llegada de éste, y una vez hubo llegado, entró sentándose en uno de los asientos libres junto a las ventanas.

Llevaba todo el trayecto de vuelta a casa con las piernas cruzadas, una sobre otra; aferrando una de las bolsas contra su pecho y con la cabeza apoyada en el cristal, tratando de ignorar la constante mirada de un hombre sobre sus piernas desnudas.

—Disculpa—Murmuró alguien a su lado después de que el vehículo se detuviera nuevamente—¿Podría sentarme aquí?—Preguntó señalando las bolsas que Jimin había colocado sobre el asiento que había a su lado para que nadie se sentase allí mientras hubiese otros asientos libres; pero al parecer todos se habían ido ocupando sin que se diera la más mínima cuenta de ello.

Elevó la mirada, y tan pronto como sus ojos se conectaron con los ojos de aquel muchacho, bajó la vista y asintió.

Tímidamente, y sin decir una palabra, agarró sus cosas y las apartó de aquel asiento; y desde el rabillo del ojo pudo percibir como el chico se sentaba junto a él.

Sintió como todos y cada uno de los músculos de su cuerpo se tensaban al sentir su cercanía, y trató por todos los medios pasar completamente desapercibido para él.

Para Min Yoongi.

—Gracias—Musitó el mayor.

Jimin desvió su mirada a la ventana, sin poder evitar prestar atención a la fuerte música que era capaz de escuchar a través de los auriculares del contrario.

Repentinamente, sintió como algo cubría sus piernas desnudas, y no pudo evitar sobresaltarse levemente.

Era la chaqueta del uniforme escolar del otro chico.

Ante aquel gesto, no pudo evitar aferrar mas cerca de su cuerpo la bolsa que tenía todo el trayecto sobre su pecho, para así ocultar el emblema escolar que había también en su chaqueta.

fe(male) ◇YM◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora