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🎇¡Feliz Año Nuevo!🎉

Espero que este 2022🦆 nos traiga menos dramas y más placer 7U7r

Para ayudar a ello, "El olor de los jilgueros" vuelve tras su pequeño hiatus navideño~

¿Y qué me cuentan? ¿Qué JK y Jimin se reencuentran en breves?

OHOHOHO, enjoy~

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Jungkook chapoteaba con los dedos de los pies en el centímetro de agua caliente que se había acumulado en el plato de ducha. El desagüe drenaba muy lento. Seguramente porque era el cuarto de baño de la planta baja y Taehyung no se duchaba allí a menudo, nadie había invertido tiempo en arreglarlo.

El chorro de agua con olor a cal le golpeaba la espalda hasta entumecerle la piel, y no podía llegar a desear nada más.

La cabeza del alfa estaba vacía, despejada por primera vez en semanas. Tras su frente se escuchaba el runrún de su cerebro apagándose poco a poco. Sus garras se recogían de vuelta bajo la piel de sus dedos y se llevaban con ellas los instintos de su lobo, sellándolos hasta el próximo celo.

Tenía el cuerpo plagado de moretones que no recordaba haberse hecho. Las aproximadas diez horas que llevaba encerrado en ese lavabo habían sido una tortuosa montaña rusa llena de emociones. Principalmente rabia. Se había enfadado con Taehyung, con el dichoso olor inalcanzable a vainilla, con el espejo sobre el lavamanos por reflejar algo que no quería ver, con los inhibidores por ser inútiles y con las baldosas por su dureza e incomodidad.

Pero ahora estaba en paz. Quería ducharse, peinarse la maraña que tenía por melena, vestirse y desayunar.

Giró el pomo de la puerta del baño y por primera vez -de todas las veces que lo había intentado durante la noche- cedió a su mano y se abrió, acabando con su cautiverio.

Caminó con pies de plomo hasta el salón, no por sigilo sino por no querer molestar más de lo que ya había hecho. Entreabrió la puerta de la sala y se detuvo, colando tan sólo su rostro por la apertura. Taehyung estaba allí.

A sorpresa del alfa, el beta le invitó a entrar con relativa amabilidad. Hizo a un lado la pila de revistas de diseño que había esparcidas por la mesa y dejó un hueco para que el alfa se pudiese sentar a desayunar.

La cuchara repiqueteó en el fondo del bol de cereales vacío y Jungkook estiró la espalda relamiéndose los labios. Se frotó la tripa satisfecho.

-¿Cuándo te vas? -preguntó Tae, ojeando una de las revistas llena de post-it- Ya sabes quién está en el piso de arriba. Tengo cosas que hacer y no me puedo quedar vigilándote.

-Tengo sueño... -reconoció Jungkook, recordando las impetuosas horas de insomnio con un bostezo sonoro.

-Pues te vas a tu casa a dormir. -Taehyung le respondía huraño, pero no con maldad. Tenía muy claro que no quería seguir lidiando con el alfa estando Jimin tan cerca.

-No puedo conducir así... -se quejó con un puchero- Tengo arenilla en los ojos...

-Pues ves a un hotel.

-No tengo dinero. La cartera fue lo único que me llevé a Geum.

El beta calló y miró fijamente a Jungkook como diciendo: "¿En serio?". Bufó malhumorado y dejó caer la revista sobre la mesa. Se levantó sin mediar palabra y dio los pasos justos para dejarse caer en el sofá. Hurgó entre el cubre-sofás deshecho y rescató un abrigo arrugado. Como una muñeca matrioska, de él sacó una cartera y de la cartera una tarjeta de débito. Se la lanzó a Jungkook, que la pilló ágilmente al vuelo.

EL OLOR DE LOS JILGUEROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora