Jungkook sangraba profusamente por las decenas de cortes que cuajaban marronáceos por toda su espalda. Queriendo retirar la camiseta de la piel tijereteada, el alfa soltó un quejido al arrancarse las costras enganchadas a la tela. El dolor era tan punzante que Jungkook tuvo que sentarse en el sofá y respirar hondo.
Pero lo que más preocupaba a Jimin, de pie frente a él con las cejas fruncidas, era el bulto azulado que no dejaba de crecer desfigurando la frente del alfa. Un feo cardenal se esparcía bajo la piel inflamada y dibujaba vetas oscuras de venas reventadas y sangre estancada. Como el hematoma tenía muy mala pinta, el omega se asustó y pensó que no podía dejarlo seguir aumentando de aquella espantosa manera. Por eso rebuscó con apremio entre los cajones y amaritos hasta dar con una aguja de coser. La saneó con alcohol y la calentó con una cerilla antes de contar hasta tres. Jungkook apretó los párpados y Jimin hizo un pequeño pinchazo en el chichón. De esa manera, el omega drenó cuidadosamente la sangre acumulada hasta empapar todo un algodón; entonces, con los dedos teñidos de rojo, retiró algunos mechones del cabello ensangrentado y tapó la carne sajada con una compresa.
Jimin se secó las manos en los pantalones ya más que sucios y exhaló angustiado. Jungkook había recibido sus lesiones durante la cacería en busca de la señora Park Bom, presunta portadora de la información que debería haberles llevado hasta su misterioso hijo desaparecido. Aquella última misión había ido mal. Muy mal. Los complejos esquemas ideados por Kim Seokjin habían tenido en cuenta muchas variables factibles, mas de entre todas ellas ninguna se había siquiera acercado al inesperado desenlace real. La absurdidad del repentino imprevisto que había descarrilado por completo la misión todavía pasmaba al omega.
Acababan de regresar de la casa propiedad de la señora Park Bom donde, fascinantemente, no habían encontrado ni un pelo de esa loba.
Quien sí les esperaba allí era Park Jinyoung Junior, hijo del recién asesinado Park Jinyoung, acompañado de sus más fieles sirvientes y una horda masiva de sus perros, todos dispuestos a vengar con su vida a su padre y dueño. Aunque el maldito lobo sorpresa había fracasado, muerto a los pocos minutos de un balazo acertado, su insospechada emboscada había vaciado los cartuchos del equipo de Geum.
Pero eso no era todo, eliminados Park Jinyoung, sus lobos y sus perros endemoniados, el por años oculto Park Gobum había aparecido implacable entre la montaña de cadáveres y les había atacado jurando despellejarlos y hacer añicos hasta el último de sus huesos.
Un hilillo de sangre hacía zigzag tras los pasos apresurados de los muchachos. Jungkook, Yugyeom y Jimin habían huído de la escena; les urgía alejarse de aquel lobo feroz para poder reunir fuerzas y reestructurar su estrategia. Park Gobum les perseguía errático, intercalando risas y rugidos como un maníaco, dándole vueltas a la última pistola con balas que había logrado arrebatar a Jungkook.
Yugyeom respiraba con dificultad y se encorvaba adolorido a cada zancada. Cuando la vista se le nubló y el sudor pasó a ser frío, hizo un gesto con la mano para indicar a los demás que necesitaba parar. Jungkook lo agarró por un hombro y se escondieron en la primera puerta cuyo pomo giró, la cual resultó llevarles a un pequeño aposento ricamente decorado con obras maestras, estatuillas y espejos.
Pero los caros ornamentos no pudieron importar menos a Yugyeom, que buscaba aturdido un punto de apoyo y nada más. Jungkook lo guió hasta tumbarle en el largo diván que presidía la habitación y, una vez acostado, el alfa levantó su pantalón para ver la pierna del beta. Una bala había entrado y salido por la región posterior de su pierna derecha, desgarrando dolorosamente sus gemelos.
-No te muevas. -le ordenó el alfa- Tienes suerte, la bala no ha tocado el hueso. -Jungkook se quitó el fular del cuello y lo envolvió bien apretado alrededor de los agujeros sangrantes- Hay que detener la hemorragia...
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EL OLOR DE LOS JILGUEROS
Fanfic+18 - BTS - OMEGAVERSE - KOOKMIN / NAMJIN / SOPE El origen del conflicto entre las opuestas manadas de Geum y Cheonsa se remonta a siglos atrás, pero las recientes heridas abiertas entre las familias líderes de ambos territorios tienen a todos sus h...