Las ruedas del todoterreno de Seokjin resbalaron en la tierra levantando una polvareda arcillosa. Entrado a los terrenos de la familia líder de Geum, por poco se daba de morros con un coche que justo abandonaba el lugar.
"¡Me cago en la puta!", se alborotó el beta, "¿A estas horas, quién debe ser?".
De un volantazo habían logrado esquivarse mutuamente sin mayor susto que el pálpito en sus pechos. El conductor del otro coche hizo parpadear sus luces como disculpa y se marchó.
Seokjin respiró hondo y reanudó la marcha tranquilamente. No obstante, la irritación ennegreciendo su humor no hizo más que crecer; llegando a su pico cuando, allá en la entrada de la casa, discernió la silueta de Namjoon saludándole animosamente.
Jin le gritó unas cuantas maldiciones mientras se bajaba del coche. Iba tan acelerado por el cabreo que se le abrió la bandolera y se le cayeron las llaves y todo por el suelo.
Namjoon lo recibió con un beso repentino en los labios.
-¡Dichosos los ojos! ¡Has venido! -se entusiasmaron sus hoyuelos, y a la alegría la siguieron un par de orejitas peludas y una cola color platino muy contenta.
-¡A echarte la bronca! -el beta se apresuró en corregir su júbilo- ¡¿Qué diablos querías decir con ese mensaje?! ¡Ni siquiera tú puedes ser tan imprudente...! -Namjoon se aguantaba la risa cuando lo atrajo a un abrazo y le rodeó las piernas con la cola- ¡Aparta, estás en celo! ¡Vuelve dentro con el omega de servicio!
Haciendo oídos sordos a sus grititos de hámster estresado, Namjoon le besuqueó los labios tensos. Después se aventuró por su cuello y sus orejas cubiertas de exquisito rojo frambuesa.
-Entra, anda. -le susurró el alfa, y Jin se estremeció agitado por la caricia de su aliento caliente.
-Olvídalo, hoy no hay lugar para mí ahí dentro. -dijo con seriedad- He venido porque tus pobres empleados no merecen tener que lidiar con tus tonterías. Actúa como un alfa responsable. Vuelve a tu habitación y desfógate con quien sea que te hayan enviado y... Oh. -la comprensión primero se deslizó con una simple sílaba fuera de su boca, después deformó su rostro como si la incredulidad estirase de un lado y el enojo del otro- ¡¿El coche que me he cruzado era el del omega de servicio?! ¡¿Lo has echado?! ¡¿En pleno equinoccio?! ¡Aaaah~! -gritó trastornado, y se lamentó- He llegado tarde... ¿Acaso estás mal de la cabeza? ¿Cómo se te ocurre? ¿Qué diablos vas a hacer ahora? ¡Y pobre de ese omega, que contaba contigo para pasar su celo!
Como los besos no resultaron lo suficientemente efectivos, Namjoon detuvo el berrinche de un mordisco en los labios.
-No te mataría ser honesto de vez en cuando. -le dijo el alfa, arrancándole un jadeo al agarrarle de la muñeca como si aquel fuera el gesto más libidinoso- Admite que tampoco querías que me acostara con otra persona. O cállate. Y entra.
El hambre voraz y tórrido que despertaba el equinoccio se apoderaba de las entrañas del líder de Geum y de su vigoroso lobo. Se encendían así en él los instintos más naturales, por no llamarlos salvajes o primitivos, ansiosos de poseer y aparearse y continuar así su espléndido linaje.
Insólito pero no sorprendente había sido el hecho de que aquel año el lobo platino no había querido armar un nido con su olor para entregárselo a cualquiera. No, no; él aullaba tan alto como claro por su amado de cuerpo fino y su piel mágica, blanca como la nieve virgen, roja cuando dejaba de serlo. Tal era su anhelo por él y su tímido aroma que al ver a otro omega desnudarse en su cama, a punto había estado de ahuyentarlo con sus dientes como un perro territorial.
Entonces le había ordenado al desconocido que recogiera sus cosas y había escrito a Seokjin, en una mezcla de capricho infantil y sed inhumana, que estaba pensando en despachar al servicio e ir a por él.

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EL OLOR DE LOS JILGUEROS
Fiksyen Peminat+18 - BTS - OMEGAVERSE - KOOKMIN / NAMJIN / SOPE El origen del conflicto entre las opuestas manadas de Geum y Cheonsa se remonta a siglos atrás, pero las recientes heridas abiertas entre las familias líderes de ambos territorios tienen a todos sus h...