Así como una sola burbuja de tónica corriendo a la superficie, una furgoneta blanca surcaba la carretera vacía. Por sus ventanillas bajadas se colaba el agradable céfiro matutino de una primavera precoz. El firmamento turquesa se vestía con esponjosos campos de algodón y la música apesadumbrada de la radio cantaba sus Blues.
Wonpil se remiraba en el espejito de la visera parasol, dándose con su rímel nuevo unas pestañas de infarto, parloteando de esto y de aquello sin recibir más que escuetas respuestas del alfa al volante.
-¿A qué viene esa cara larga? -le preguntó Wonpil a su amor- ¿Te encuentras mal?
Sungjin sacudió la cabeza, suavizando con una sonrisa afable su rostro deprimido.
-Perdona, bizcochito. -suspiró el alfa, pesaroso de que se notase su desazón- No te preocupes, no es nada.
-¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Si algo te molesta, no te lo calles. -le regañó Wonpil desde el cariño. Viendo a su alfa inusualmente serio, aunque no era un omega de bromas, para intentar aligerar la atmósfera mostró una sonrisa pilla y le dió una palmadita en el brazo- Vamos, sabes que a mí no me puedes ocultar nada. Desembucha, grandullón.
Sungjin refunfuñó ante la verdad dicha. Conocer a alguien como la palma de tu mano, y viceversa, trae consigo una sinceridad obligada. Deliberando en su mente cuánta parte de su alma desnudar, el alfa se relamió los labios secos y con el codo presionó el botón para subir las ventanillas. Sin el silbido del viento, las voces profundas de la radio inundaron el vehículo con su triste y sosegado cantar. Wonpil chasqueó la lengua y cambió de emisora, importunado por el pesar que aplastaba su mañana y que definitivamente no haría que su alfa se sintiera mejor.
-Tiene que ver con los planes de Kim Seokjin, ¿No es así? -bufó el omega.
Sungjin esbozó una mueca nerviosa y asintió.
-¿Por qué piensas en eso ahora? Sungjin, no le des más vueltas. -le rogó Wonpil, y es que él más que nadie había sido testigo de cuántas dudas y estrés había acarreado aquel nuevo trabajo para su amado- ¿Te lo dije o no te lo dije? Me casé y me marqué con un gran hombre. Y nada de eso ha cambiado. Lo estás haciendo bien.
Sungjin se sonrojó. Era bueno poder desayunar aquel amor incondicional que le recordaba cuán preciado era todos los días de su vida. Una sonrisa tonta asomó en su rostro y por fin pudo mirar a su omega a los ojos sin sentirse culpable.
-Ahora dime. -insistió Wonpil- ¿Ha pasado algo para que estés así?
Algo apocado, el alfa explicó:
-Me han llamado de nuevo para pedirme ayuda con el transporte de Jungkook. La misión se llevará a cabo hoy así que, como teníamos esta cita, no he aceptado el trabajo.
-Oh, cariño... -Wonpil hizo un puchero- Deberías habérmelo dicho, podríamos haberlo aplazado.
Sungjin negó de inmediato con la cabeza.
-Últimamente te estaba dejando mucho solo. -se lamentó el alfa- Además, la convención no es algo aplazable.
Aquella mañana habían madrugado y conducían tranquilos hacia una convención de salud prenatal. Habría charlas para padres y madres primerizos y vendría una famosa obstetra que Wonpil seguía en redes sociales desde que habían empezado a buscar el embarazo. Su intención era conseguir un ejemplar firmado de la nueva edición de su bestseller "Embarazo, qué cabe esperar a parte de un bebé", comprar tal vez algún producto patrocinado, descubrir con su alfa un lugar bonito para comer y, si les sobraba tiempo, se pasarían a ojear coches familiares de segunda mano.

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EL OLOR DE LOS JILGUEROS
Fanfiction+18 - BTS - OMEGAVERSE - KOOKMIN / NAMJIN / SOPE El origen del conflicto entre las opuestas manadas de Geum y Cheonsa se remonta a siglos atrás, pero las recientes heridas abiertas entre las familias líderes de ambos territorios tienen a todos sus h...