Entre la conmoción del reencuentro y todo el alboroto al que había derivado, la ventana del cuarto se había quedado abierta. La agradable brisa tibia ya no lo era tanto sobre sus pieles desnudas bañadas de esplendente sudor.
Jimin creyó que Jungkook se había quedado allí dormido, tumbado sobre él, aplastándole todos los órganos. Por eso estiró los dedos de una mano intentando pinzar la esquina de la sábana enmarañada a sus pies. Pero con ese leve movimiento despertó al alfa de lo que no era ensueño, sino silenciosa fascinación.
Jungkook dejó ir un largo suspiro y rodó hacia un lado.
-De verdad te echaba de menos. -murmuró con una sonrisa hechizada. Con los dedos jugueteaba con el pendiente en la oreja de Jimin, quien cohibido, le apartó la mirada.
Jungkook pasó un brazo por debajo del cuello del omega y le besó la cocorota. Aspiró como un cerdito la deliciosa vainilla de sus cabellos rosados y, enternecido cuando Jimin le abrazó, no pudo resistirse a hacerle unas carantoñas.
-Jungkookie. -le llamó su amor. Apoyando la frente contra el pecho del alfa para ocultarse a su mirada, parecía que incluso un lobo como él podía sucumbir a la timidez en un momento dado.
-Dime. -reclamó el otro, porque el omega no daba motivo a su llamada.
El muchacho de valentía tornadiza se mordió la lengua, pues ya no quería decir nada. Picado por la curiosidad, Jungkook le sacudió, arrancándole la primera ocurrencia que sustituyó con urgencia al mensaje original:
-Te has corrido de meterla una sola vez.
Sorprendido cuanto menos, Jungkook soltó una pedorreta.
-No te rías. -le riñó el omega, obviamente de guasa- Puede que sufras eyaculación precoz.
-Y ni siquiera la he metido entera. -apuntó el alfa, dispuesto a seguir la broma pero sin olvidarse de su vanidad inferior- Debe de ser grave.
Las carcajadas de Jimin rebotaron en el pecho del alfa. Jungkook le pinchó los mofletes. Estaban calientes y sonrojados, demasiado para haberse encendido por un mero chiste sobre su virilidad. No pudo evitar pensar que Jimin le escondía alguna idea, una capaz de ruborizar su rostro así.
Mas enseguida el omega volvió a esconderse contra la piel de su alfa y la llamada se repitió:
-Jungkookie.
El alfa levantó una ceja. Cabía esperar otro comentario mordaz. De todas maneras, poniendo algo de fe en su amante que parecía tener algo que decirle, continuó el déjà vu:
-Dime.
La vocecilla de Jimin era flojita, casi como un soplo con sílabas, cuando dijo:
-¿Puedo pedirte algo?
Jungkook, afanoso de saber que podía cumplir deseos para su omega, le cogió de la barbilla y le obligó a mirarle a los ojos. Sus iris grises, grandes y redondos como un planeta, refulgían entre las chiribitas de cien estrellas.
-¿Qué no daría yo por ti?
Azorado por la desbordante entrega, Jimin lo apartó de un empujón. Jungkook rodó hasta el filo de la cama y regresó como una ola a la orilla, arrullándolo con los brazos y la espuma de su boca. Jimin trató de calmarse, dándose golpecitos sobre el corazón acelerado, pero varias veces se deshizo en risillas tímidas que el alfa besó sin descanso. Después de mucho cavilar nervioso, con los labios de Jungkook chupando los suyos, Jimin se atrevió a hablar:
-Sé que no es el equinoccio ni nada de eso pero... -por el tono de su voz, cualquiera juzgaría que el omega estaba por confesar el mayor pudor imaginable- ... ¿Me harías un nido?
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EL OLOR DE LOS JILGUEROS
Fanfiction+18 - BTS - OMEGAVERSE - KOOKMIN / NAMJIN / SOPE El origen del conflicto entre las opuestas manadas de Geum y Cheonsa se remonta a siglos atrás, pero las recientes heridas abiertas entre las familias líderes de ambos territorios tienen a todos sus h...